El sábado circularon informaciones que señalaban que Israel estaba por lanzar una operación de comando en Irán para destruir en tierra la instalación nuclear de Fordow, que está enclavada en una montaña a unos 80 metros de profundidad. Incluso se dijo que no esperaría el plazo de dos semanas que había establecido el presidente estadounidense Donald Trump para decidir si ordenaba o no el bombardeo del lugar. Sin embargo, lo que al final ocurrió fue precisamente el bombardeo de Estados Unidos mediante la denominada Operación Martillo de Medianoche. Lo primero habría sido información divulgada para despistar a Teherán.
Hubo más maniobas de despiste. De acuerdo con la cadena de noticias CNN, horas antes del ataque, un grupo de bombarderos B-2 Spirit tomó vuelo, visibles, como señuelo. Esos aviones son los únicos que pueden transportar y lanzar las bombas antibúnker de GBU-57 de más de 13.000 kilos que Israel necesitaba para destruir Fordow.
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Los aviones B-2 parecían dirigirse a la base militar que tiene Estados Unidos en la isla de Dieg o García, en el océano Índico, y tenían una larga ruta de horas para llegar.
Pero los B-2 que terminaron bombardeando Irán ya estaban en vuelo hacia sus objetivos sin ser detectados.

Un bombardeo B-2 Spirit de la Base Aérea Whiteman, Misuri, sobrevuela un lugar no revelado en el área de operaciones del Comando del Pacífico de EE. UU. (Fuerza Aérea de EE. UU.).
Estos despegaron desde la base de Whiteman, en Misuri. Su vuelo sigiloso no fue detectado y duró unas 18 horas.
“Fue una operación de engaño conocida solo por un número extremadamente reducido de planificadores y líderes clave”, dijo el domingo el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto del ejército de Estados Unidos.
“Los cazas iraníes no volaron, y parece que sus sistemas de misiles tierra-aire no nos detectaron. Durante toda la misión, mantuvimos el factor sorpresa”, agregó el jefe militar.
A las 17:00 (21:00 GMT) del sábado, un submarino estadounidense lanzó más de dos docenas de misiles de crucero contra las instalaciones nucleares de Isfahán. En ese momento los B-2 todavía no llegaban a espacio aéreo iraní.
Las primeras bombas GBU-57 arrojadas por los B-2 cayeron sobre Fordow a las 18:40 hora de Washington (22:40 GMT, 02:10 del domingo hora de Teherán). Era la primera vez que esas bombas se utilizaban en combate. También atacaron la instalación de enriquecimiento de uranio de Natanz.
Los bombardeos duraron media hora. En ese lapso, siete B-2 arrojaron 14 bombas GBU-57 contra Fordow y Natanz. Mientras que una treintena de misiles Tomahawk se lanzaron desde submarinos contra Isfahán.
Los Tomahawk están diseñados “para volar a altitudes extremadamente bajas y altas velocidades subsónicas y pilotados en una ruta evasiva por varios sistemas de guía adaptados a la misión”, dijo el ejército estadounidense.
Fueron utilizados por primera vez en 1991 contra las fuerzas iraquíes de Saddam Hussein durante la Operación Tormenta del Desierto.
El presidente Donald Trump supervisó la operación desde la sala de crisis de la Casa Blanca.

El presidente de Estados Unidos Donald Trump en la Sala de Crisis de la Casa Blanca en Washington, el 21 de junio de 2025. (EFE/CASA BLANCA).
“Esta misión demuestra el alcance, la coordinación y la capacidad inigualables del ejército de Estados Unidos”, dijo Caine. “Ningún otro ejército del mundo podría haberlo logrado”, agregó.
Los bombarderos B-2 Spirit son capaces de volar 9.600 kilómetros sin repostar, están diseñados para “penetrar las defensas más sofisticadas del enemigo y amenazar sus objetivos más valiosos y fuertemente defendidos”, según el ejército estadounidense.

La bomba GBU-57
Una bomba GBU-57 de Estados Unidos. (AP).
Israel no habría podido completar su objetivo de destruir los centros nucleares de Irán sin la bomba GBU-57 MOP que solo Estados Unidos tiene.
Fordow está ubicada al sur de Teherán, cerca de la ciudad de Qom, dentro de una montaña, lo que la convierte en una de las instalaciones nucleares más fuertemente protegidas de Irán.
La planta fue diseñada desde el inicio con infraestructura defensiva: está enterrada bajo al menos 80 metros de roca y hormigón, lo que la hace extremadamente difícil de destruir incluso con bombas antibúnker de alta potencia.

Una imagen satelital proporcionada por Maxar Technologies muestra la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordow antes de los ataques aéreos estadounidenses. (EFE).
/ MAXAR TECHNOLOGIES HANDOUT
Su localización fue mantenida en secreto hasta el 2009.
En teoría, Fordow está diseñada para producir uranio enriquecido al 20%. Pero un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) del 31 de mayo halló que Irán había incrementado significativamente su producción de uranio enriquecido al 60%, acercándose al nivel del 90% necesario para fabricar un arma nuclear.
La bomba estadounidense GBU-57 MOP, más conocida como “rompe-búnkeres” o Penetrador Masivo de Artillería, es la única que podría destruir por completo Natanz y quizá Fordow.
Estas bombas se lanzan exclusivamente desde bombarderos estadounidenses estratégicos B-2 Spirit, que son aviones furtivos diseñados para vulnerar defensas aéreas altamente protegidas.
La GBU-57 MOP pesa aproximadamente 13.600 kilos, mide 6,2 metros de largo, 80 centrímetros de ancho y es capaz de penetrar más de 60 metros de hormigón armado, 40 metros de roca sólida y 200 metros de tierra antes de detonar.
Contiene alrededor de 2.400 kilos de explosivos de alta potencia, diseñados para causar un colapso interno en estructuras subterráneas.

La bomba GBU-57. (AFP).
A diferencia de muchos misiles o bombas que detonan su carga al impactar, estas ojivas rompe-búnkeres buscan primero enterrarse en el suelo y solo explotan cuando alcanzan la instalación subterránea. Para ese fin, está equipada con un sistema de espoleta retardada para detonar en el momento óptimo.
Cada avión B-2 Spirit puede transportar dos GBU-57 MOP. Las bombas pueden ser lanzadas una tras otra para perforar más y más profundo con cada explosión.
El diseño de esta bomba es de principios de la década del 2000. En el 2009 se realizó un pedido de 20 unidades a Boeing, según la agencia AFP.

Una imagen de archivo sin fecha muestra un bombardero B-2 Spirit lanzando un casquillo de bomba B61-11 desde un lugar desconocido. (Foto por DOD / AFP).
Mientras que el B-2 Spirit mide 21 metros de largo y 5 metros de alto y la distancia entre los extremos de sus alas es de 52 metros.
Puede alcanzar una alta velocidad subsónica y una altitud de más de 15.000 metros y puede transportar una carga de unas 20 toneladas.
Su diseño de ala volante y recubrimientos especiales lo hacen casi invisible al radar, al infrarrojo y a otros sistemas de detección enemigos.
Cada unidad cuesta más de 2.000 millones de dólares.