Estados Unidos comenzó a desplegar más de 4.000 infantes de Marina y marineros en las aguas de América Latina y el Caribe. Además, tres destructores con sistemas de combate Aegis se apostarán cerca de la costa de Venezuela. Estas noticias han generado inquietud en territorio venezolano y la reacción del mandatario Nicolás Maduro, quien el lunes anunció el despliegue en todo el país de 4,5 millones de milicianos, componente civil de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). ¿Qué está pasando, cuál es el objetivo del gobierno de Donald Trump?
A inicios de este mes, la administración Trump duplicó la recompensa que ofrece por la captura de Maduro hasta los 50 millones de dólares. Lo acusa de vinculación con el narcotráfico. Además, en junio designó como organización terrorista al venezolano Cártel de los Soles, supuestamente integrado por la cúpula militar de Venezuela, por el propio Maduro y por otros altos funcionarios del régimen, algo que es rechazado por el chavismo.
De acuerdo con la cadena de noticias CNN, el despliegue militar de Estados Unidos forma parte de una iniciativa para combatir a los cárteles de la droga latinoamericanos designados como organizaciones terroristas globales.


Aparte del Cártel de los Soles, Estados Unidos designó como terroristas a los mexicanos Cártel de Sinaloa, Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Noreste (CDN, anteriormente Los Zetas), La Nueva Familia Michoacana, Cártel del Golfo (CDG) y Cárteles Unidos. También a la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha MS-13 y al venezolano Tren de Aragua.
La designación coloca a esas organizaciones delictivas en el mismo nivel jurídico que grupos terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico (ISIS). Ello abre la puerta al uso de la fuerza militar en operaciones directas, habilita la persecución judicial de cualquier persona o entidad que colabore con ellos, autoriza sanciones financieras inmediatas y el congelamiento de activos en cualquier país aliado, además de facilitar la extradición de sus miembros.
En la práctica, la designación convierte la lucha contra los cárteles en una guerra contra el terrorismo, ampliando la capacidad de Washington para actuar fuera de su territorio y presionar a gobiernos latinoamericanos a colaborar, bajo amenaza de sanciones o intervención, tal como pasa en naciones de Asia como Siria o Irak.
CNN detalló que Estados Unidos está desplegando cerca de Venezuela a la fuerza naval Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG) y a la 22.ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU, por sus siglas en inglés) como parte de un reposicionamiento más amplio de los activos militares en el área de responsabilidad del Comando Sur.


Como parte de la misión, se están asignando al Comando Sur un submarino de ataque de propulsión nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y un crucero lanzamisiles guiados, informaron funcionarios a CNN.
Uno de los funcionarios que declaró a CNN manifestó que, por ahora, se trata de una demostración de fuerza destinada más a enviar un mensaje que a indicar una intención de llevar a cabo ataques precisos contra los cárteles. Sin embargo, también ofrece a los mandos militares estadounidenses —y al presidente— una amplia gama de opciones en caso de que Trump ordene una acción militar, agregó.
CNN indicó que en el pasado las unidades desplegadas desempeñaron un papel fundamental en el apoyo a operaciones de evacuación a gran escala. Por ejemplo, una estuvo estacionada durante meses en el Mediterráneo oriental, en medio de las tensiones entre Israel, Hamas e Irán.

Destructores en la costa de Venezuela
Por su parte, la agencia Reuters informó que los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson van a estar apostados cerca de la costa de Venezuela. Estos portan el sistema de combate Aegis, que incluyen misiles guiados.
Los sistemas de combate Aegis con misiles guiados convierten a los destructores y cruceros de Estados Unidos en plataformas de guerra naval capaces de actuar como escudos antimisiles y también como lanzadores de ofensiva estratégica.
El sistema incluye misiles SM-2, para defensa aérea contra aviones y misiles de crucero; SM-3, diseñado para interceptar misiles balísticos de medio y largo alcance fuera de la atmósfera; SM-6, polivalente, con capacidad antiaérea, antibuque y de defensa contra misiles balísticos y Misil de crucero Tomahawk, para ataques de precisión contra objetivos terrestres a más de 1.500 km.

Un funcionario del gobierno de Estados Unidos le dijo a Reuters que el plan es que las unidades desplegadas operen en espacio aéreo internacional y aguas internacionales.
Agregó que los activos navales pueden utilizarse no sólo para llevar a cabo operaciones de inteligencia y vigilancia, sino también como plataforma de lanzamiento para ataques selectivos si se toma una decisión.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró el martes que Estados Unidos está preparado para “usar todo su poder” para frenar el “flujo de drogas hacia su país”, tras ser preguntada sobre el despliegue de tres buques con 4.000 soldados en las aguas del Caribe cerca de Venezuela.
Maduro saca a las milicias

En Venezuela, Maduro dijo el lunes que esta semana activará “un plan especial para garantizar la cobertura con más de 4,5 millones milicianos en todo el territorio nacional. Indicó que esto forma parte de un “plan de paz”, por lo que hizo un llamado a las milicias a estar “preparadas, activadas y armadas”.
Las milicias bolivarianas son fuerzas creadas y armadas por el gobierno chavista para complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Están formadas principalmente por civiles simpatizantes del oficialismo, organizados territorialmente y entrenados de manera básica en el uso de armas. Su papel declarado es defender la “revolución bolivariana” frente a amenazas externas e internas, garantizar la seguridad en comunidades y respaldar al gobierno en situaciones de crisis. Sin embargo, los críticos señalan que actúan como grupos de control político y social, con denuncias de participación en represión de protestas.
Maduro teme terminar como Noriega

El especialista en temas de defensa e inteligencia Andrés Gómez de la Torre le dijo a El Comercio que el despliegue encuadra dentro de una estrategia estadounidense que está estrechamente vinculada primero con la designación del Cártel de los Soles y del Tren de Aragua como organizaciones terroristas, y segundo con la elevación del monto de la recompensa que ofrece por la cabeza de Nicolás Maduro.
“La estrategia norteamericana ha sido de combinar varios métodos. Inicialmente en el 2019 una empresa privada llamada Silvercorp lideró la Operación Gedeón usando contratistas militares privados. Fue contratada por la opsición venezolana y el objetivo era matar a Maduro. Ahora está la designación de los cárteles como organizaciones terroristas, ello para movilizar el aparato militar. Se trata de una visión más intervencionista que vinculada a la opción de la diplomacia, que ya está descartada”, remarcó.
Gómez de la Torre consideró que se trata de movimientos disuasivos que han generado un impacto fuerte en Maduro, “cuya principal preocupación es terminar como el dictador panameño Manuel Antonio Noriega como un corolario máximo. Temeuna intervención en Venezuela similar a la Operación Causa Justa en Panamá en 1989″.
“Maduro está nervioso, se le nota tenso, puede percibir que podría convertirse en un Manuel Antonio Noriega dos, capturado por Estados Unidos, no eliminado, y terminar pasando sus días en una cárcel norteamericana”, indicó.
Pero Venezuela tiene aliados fuertes, potencias militares como Rusia, China e Irán. Y en la región a Cuba. ¿Estos podrían hacer algo en defensa de Maduro?
“Si Rusia y China no se jugaron a fondo por Irán en la crisis con Israel, menos lo van a hacer por Venezuela. Cuba está en una situación de debilidad interna muy fuerte por las carencias económicas y sociales, a lo mucho puede haber un apoyo eventual de sus servicios de inteligencia», enfatizó Gómez de la Torre.
En cuanto a la capacidad militar de Venezuela para defenderse ante una eventual invasión, Gómez de la Torre dijo que el poderío estadounidense arrasará con cualquier intento de defensa.
El analista precisó que todas estas operaciones militares de Estados Unidos están fuera del derecho internacional. “Pero actualmente estamos en un mundo donde se relativiza el derecho internacional y prima el uso de la fuerza. Por eso pasó lo de Panamá”.