En una ajustada votación de 51 votos en contra y 49 a favor, el Senado de los Estados Unidos rechazó este jueves una resolución bipartidista que buscaba restringir al presidente Donald Trump de ordenar operaciones militares contra Venezuela sin la autorización previa del Congreso.
La medida, impulsada por los senadores Tim Kaine (demócrata) y Rand Paul (republicano), pretendía reforzar el control legislativo sobre el uso de la fuerza, luego de reportes sobre movimientos navales y ejercicios de inteligencia estadounidenses en el mar Caribe y en las proximidades de costas venezolanas, bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
“Autorizar operaciones militares sin debate ni aprobación del Congreso supone una violación a la Constitución y pone en riesgo la estabilidad regional”, advirtió Kaine durante la sesión. Pese a los argumentos, la mayoría republicana mantuvo su respaldo al Ejecutivo, defendiendo la necesidad de “preservar la flexibilidad estratégica” frente a lo que califican como “un régimen aliado de potencias hostiles”.
Reacciones en Caracas
El gobierno de Nicolás Maduro condenó la decisión y la calificó de “una nueva muestra de agresión imperialista”. En un comunicado, la Cancillería venezolana denunció que Estados Unidos “pretende legitimar su poder militar para intervenir en América Latina bajo pretextos falsos”.
Por su parte, sectores de la oposición expresaron preocupación por el riesgo de escalar la tensión geopolítica, aunque destacaron que el rechazo a la resolución “no implica una acción inmediata”. El analista internacional Luis Vicente León consideró que el escenario “aumenta la incertidumbre y presiona a Venezuela a mantener una posición diplomática prudente ante la posibilidad de incidentes fronterizos o marítimos”.
Desde 2019, Washington mantiene sanciones económicas sobre Caracas y ha promovido operativos regionales para interceptar rutas del narcotráfico. Sin embargo, observadores internacionales advierten que dichas acciones han servido también para proyectar presencia militar en el Caribe y reforzar alianzas con gobiernos vecinos.
El rechazo de la resolución en el Senado refleja la división política interna en EE. UU. respecto al papel del país en América Latina y deja abierta la posibilidad de nuevas operaciones unilaterales bajo la administración Trump.
