Tras más de cuarenta días de inactividad gubernamental, el Senado de Estados Unidos aprobó en la noche del lunes un acuerdo bipartidista que permitirá reabrir las operaciones del Gobierno federal. La medida fue posible gracias al respaldo de ocho senadores demócratas que se unieron al bloque republicano, lo que evidenció una profunda división dentro del Partido Demócrata y reconfigura el panorama político de cara al próximo año electoral.
El paquete legislativo contempla la financiación de sectores clave como defensa, agricultura, asuntos de veteranos y el poder legislativo hasta septiembre de 2026, además de fondos temporales para el resto de las dependencias federales hasta enero del mismo año. Asimismo, se prevé la reincorporación de más de 4.000 empleados federales que habían sido despedidos durante el prolongado cierre.
El acuerdo fue impulsado por el liderazgo republicano del Senado, que presentó el texto como un compromiso “necesario para devolver la estabilidad institucional y económica al país”. Sin embargo, la fractura dentro de la bancada demócrata ha generado fuertes tensiones internas. Varios legisladores progresistas calificaron la decisión como una “capitulación política”, al considerar que se cedió ante presiones conservadoras que podrían afectar los programas sociales, especialmente en materia de salud y subsidios médicos.
Desde la Casa Blanca, el presidente celebró la votación como un “acto de responsabilidad nacional” y llamó a la Cámara de Representantes a ratificar la medida en las próximas horas, con el fin de evitar nuevos retrasos administrativos y económicos.
Expertos en política estadounidense advierten que el prolongado cierre ha causado pérdidas millonarias y un desgaste en la confianza pública hacia ambas formaciones. No obstante, subrayan que la aprobación de este acuerdo representa una señal positiva para los mercados y para los empleados federales que regresarán a sus funciones.
La Cámara de Representantes deberá votar en los próximos días el proyecto aprobado por el Senado. Si obtiene luz verde, el Gobierno reabrirá oficialmente antes del fin de semana, poniendo término al cierre más largo en la historia contemporánea de Estados Unidos.
