La Monumental Plaza de Toros “Lorenzo Garza” de Monterrey volvió a vibrar este domingo 16 de noviembre con una corrida que quedará en la memoria de la afición taurina por la calidad de su toreo, el ambiente internacional y la entrega de los protagonistas. Andrés Roca Rey, máxima figura del Perú, consolidó su liderazgo en el circuito americano tras abrir por cuarta vez consecutiva la puerta grande en suelo mexicano, cosechando cuatro orejas en una tarde para el recuerdo.
El cartel, integrado por Roca Rey, el mexicano Octavio García “El Payo” y el joven Arturo Gilio, fue acompañado de ejemplares de El Junco y un sobrero de Bernaldo de Quirós, cuya presentación y bravura permitieron faenas de gran calado artístico. El peruano, fiel a su estilo valiente y templado, bordó dos faenas rotundas, en las que combinó quietud, profundidad y series largas por ambos pitones, lo que encendió al respetable. Roca Rey cortó dos orejas a cada toro, ratificando su capacidad de conectar con el público mexicano y de liderar grandes carteles internacionales.
“El Payo”, por su parte, ofreció una tarde en la que conjugó momentos de inspiración y entrega absoluta. Tras cortar una oreja al primero de su lote, pidió el toro de regalo y brindó una faena sentida, rubricada con un arrimón final y una estocada efectiva, lo que le valió dos apéndices más y la salida a hombros, compartiendo la gloria con su colega peruano. El joven lagunero Arturo Gilio completó la terna con intervenciones ovacionadas y dos orejas ante el sexto de la función, mostrando madurez y proyección.
La tarde fue testigo de una afición colmada de entusiasmo, que reconoció el arrojo, la técnica y la entrega de los toreros. La directiva de la plaza celebró el éxito de la jornada como una muestra de la vigencia y el prestigio internacional de Monterrey en la temporada sudamericana, mientras la crítica taurina destacó la comunión entre toreros de distintas nacionalidades y el ambiente de respeto y camaradería reinante en el ruedo.
Con este nuevo triunfo, Andrés Roca Rey refuerza su estatus como principal embajador del toreo sudamericano, y la temporada americana cierra una fecha brillante de su calendario, reivindicando el atractivo de la fiesta brava para los públicos exigentes de México y del resto del continente.
