Un equipo internacional de investigadores ha descrito la leche de foca gris del Atlántico Norte como uno de los fluidos lácteos más complejos conocidos, con una concentración y variedad de azúcares muy superior a la de la leche de vaca e incluso a la materna humana. El hallazgo no implica que esta leche pueda consumirse ni comercializarse, pero sí abre una nueva vía para diseñar compuestos que mejoren la nutrición y la inmunidad en bebés y adultos vulnerables.
Los científicos de la Universidad de Gotemburgo siguieron la lactancia de varias hembras de foca gris en la costa de Escocia y analizaron su leche desde el nacimiento de las crías hasta el destete. En total, identificaron alrededor de 332 oligosacáridos distintos —un 33% más que los descritos en leche humana—, con estructuras muy largas y complejas que alcanzan hasta 28 unidades de azúcar, frente a las 18 máximas observadas en humanos. Estos azúcares actúan como “prebióticos naturales”: nutren bacterias beneficiosas del intestino, bloquean patógenos y colaboran en la maduración del sistema digestivo y defensivo de la cría.
Parte de estas moléculas se ha probado ya sobre células inmunitarias humanas en modelos de laboratorio, observándose una capacidad de modular la respuesta inflamatoria y reforzar determinadas funciones defensivas. De confirmarse en futuras fases, los resultados podrían traducirse en nuevos ingredientes para fórmulas infantiles de próxima generación o suplementos específicos para adultos mayores, pacientes oncológicos y personas con inmunidad comprometida. Los expertos subrayan que el objetivo no es ordeñar focas ni consumir directamente su leche, sino copiar y sintetizar en laboratorio estas estructuras bioactivas para usos médicos y nutricionales.
El equipo recuerda que la foca gris es una especie silvestre protegida y que la obtención de muestras se ha limitado a un pequeño número de animales monitorizados con fines estrictamente científicos. Por ello, insisten en que esta “leche ideal” nunca estará disponible en el mercado, pero sí puede inspirar el desarrollo de nuevas generaciones de productos lácteos y terapéuticos más parecidos a la sofisticación de la naturaleza.
