El párroco del distrito de Pacora, en Lambayeque, Roger Uchofen Huamanchumo, conocido cariñosamente como “El padre bailarín”, volvió a convertirse en noticia. Esta vez, no por los alegres pasos que lo hicieron viral durante la festividad de San Pedro y San Pablo, sino por un significativo encuentro que vivió con el papa León XIV en la Ciudad del Vaticano.
La parroquia San Pablo-Pacora informó que el sacerdote viajó a Roma para reunirse con el Santo Padre, a quien entregó una réplica de un retablo con imágenes de la parroquia y de las visitas que el hoy pontífice realizó años atrás, cuando era obispo de la Diócesis de Chiclayo.
En la parte posterior del obsequio, el padre Roger dejó un mensaje escrito en nombre de los católicos pacoranos: “Un testimonio de fe, gratitud y unidad”.
El gesto fue recibido como un símbolo que reafirma el vínculo entre Pacora y la Iglesia, y como un reconocimiento al trabajo pastoral que Uchofen impulsa desde hace cuatro años.
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UN RETABLO QUE UNE HISTORIA, FE E IDENTIDAD
El obsequio representa momentos clave de la vida religiosa de la comunidad. Para los fieles pacoranos, el encuentro en Roma no solo honra su historia, sino que revaloriza el papel del sacerdote, quien ha sido protagonista de diversas iniciativas que fortalecen la parroquia y la educación local.
La comunidad destaca que, gracias al apoyo del entonces obispo León XIV, se remozó la iglesia, se donó una camioneta pastoral y se impulsaron proyectos educativos al servicio de los niños del distrito.
EL PADRE BAILARÍN
Días antes de su viaje, el padre Roger volvió a demostrar por qué es tan querido. Durante el concurso de bandas en la feria de San Pablo de Pacora, se animó nuevamente a bailar, desatando aplausos, risas y grabaciones espontáneas del público.
Su participación —llena de picardía, carisma y cercanía— fue celebrada como un gesto que rompe la rutina, pero que encaja con el espíritu de una comunidad que vive su fe con alegría.
El viaje al Vaticano y su carisma festivo resumen la esencia de un sacerdote que ha sabido conectar con su comunidad:
fe que no teme al ritmo, devoción que se conjuga con alegría y un pueblo que celebra su identidad sin perder su espiritualidad.


