Cada 17 de diciembre se conmemora la muerte del Libertador Simón Bolívar, fallecido en 1830 en la Quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta, a los 47 años de edad.
Simón Bolívar murió el 17 de diciembre de 1830, alrededor de la una de la tarde, tras una larga enfermedad y en medio del declive político de su proyecto de la Gran Colombia. El parte oficial atribuyó su fallecimiento a la tuberculosis, aunque con el tiempo han surgido hipótesis sobre otras posibles causas, como una intoxicación crónica.
Sus últimos días transcurrieron en la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde recibió los sacramentos y estuvo acompañado por su círculo más cercano. Su muerte simbolizó también el cierre de una etapa histórica marcada por las guerras de independencia y la posterior fragmentación de los territorios que quiso unir bajo una sola patria.
Conmemoración cada 17 de diciembre
Cada 17 de diciembre se recuerda su fallecimiento con actos cívicos, ofrendas florales y ceremonias oficiales en plazas, escuelas e instituciones de varios países latinoamericanos. En Venezuela, Colombia, Panamá y otras naciones se realizan homenajes que incluyen la lectura de su última proclama, himnos, desfiles y minutos de silencio en honor a su legado.
Estas conmemoraciones subrayan la vigencia de su sueño de integración latinoamericana y rescatan su figura como símbolo de lucha por la libertad y la justicia. La fecha es considerada efeméride histórica y forma parte de los calendarios escolares y cívicos, donde se recuerda a Bolívar como el “Genio de la Libertad” y “el más grande hombre de América”.
Destino de sus restos y memoria
Tras su muerte, los restos de Bolívar fueron sepultados inicialmente en la Catedral de Santa Marta y, en 1842, trasladados a Caracas. Allí reposaron en la Catedral hasta ser ubicados de forma definitiva en el Panteón Nacional en 1876, convertido desde entonces en un lugar central de la memoria bolivariana.
Hoy, en cada aniversario de su fallecimiento, autoridades, fuerzas armadas, escuelas y organizaciones acuden al Panteón Nacional y a plazas que llevan su nombre para rendir homenaje a su vida y a su proyecto de unidad americana. Estas ceremonias refuerzan la figura de Bolívar como referente histórico y moral para la región.
