Vivimos en la era de la sobreinformación, y al mismo tiempo —cuando se trata de tratamientos estéticos— todavía nos avergüenza hacer ciertas preguntas. En una era en la que todo está a la mano y la comunicación es más cercana que nunca (desde las redes sociales hasta el ChatGPT) es fundamental saber hacer las preguntas correctas.
La última década ha visto florecer el mercado peruano de la estética, con aparatología cada vez más moderna y profesionales constantemente actualizados en las tendencias más potentes. De cara al usuario, es clave verificar cuáles son sus credenciales, qué experiencia tiene en su rubro, dónde se ubica el local y con qué facilidades cuenta, y, en la medida de lo posible, tratar de identificar casos cercanos que nos ayuden a constatar cómo se ve, y cómo funciona, el tratamiento que tenemos en mente. Preguntarle a algún amigo o familiar de confianza es un primer paso para muchos clientes.
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Lo segundo que debemos conocer es la información clave sobre cada tratamiento. ¿Realmente necesitas bótox o quizás lo tuyo es más para devolver volumen (en ese caso, se usa el ácido hialurónico? ¿Cómo es tu rutina de ‘skincare’ y qué tanto estás dispuesto a cambiar en caso tengas que corregirla? ¿Cuándo vas a hacer el tratamiento, y dentro de cuánto se pueden ver los efectos? Todo esto suma. El único que puede darnos las respuestas es el doctor que elijamos.

“Normalmente las mujeres suelen tomarse más tiempo en la consulta. Los hombres son más directos, es una comunicación más dirigida”, sostiene el médico dermatólogo especialista en estética Iván Medrano. Según su propia data, hoy en día el promedio de hombres ha aumentado con notoriedad: por cada diez mujeres que llegan a su consultorio, van entre cinco y seis hombres. “Antes, al hombre que se empezaba a cuidar se le catalogaba como ‘metrosexual’. Hoy eso ya no existe realmente, yo recibo hombres a partir de los treinta años hasta los sesenta, en su mayoría heterosexuales”, explica.
Otro cambio importante en años recientes es que la estética masculina ya es una rama específica. Antes todos los tratamientos estaban dirigidos a la mujer, pero ese ya no es el caso. “El estándar que se busca es que el rostro de la mujer tenga una forma de triángulo invertido; en los hombres sería una forma cuadrada o adiamantada. En ambos casos, sin embargo, lo que más se utiliza es el bótox, aunque en diferentes cantidades. El hombre necesita más, porque el bótox va al músculo”, indica Medrano. Otra diferencia sutil: las mujeres buscan eliminar arrugas, mientras que los hombres quieren que se disminuya su intensidad sin necesidad de borrarlas.
Nuevas opciones
Entre las novedades del mercado encontramos un tipo de ácido hialurónico específicamente dirigido al hombre, con un producto más uniforme y denso que deje esculpir formas más cuadradas. Se encuentra en marcas como Juvéderm, Restylane o Neauvia y el efecto dura aproximadamente un año.
Otro de los tratamientos más buscados es el de los bioestimuladores de colágeno, tratamiento que se inyecta en la piel del paciente para que sus propias células aumenten la producción de colágeno, y dura aproximadamente un año.

“Muchos pacientes preguntan por tratamientos que suelen ver en redes sociales. Hace poco estuvieron de moda los exosomas, que son una combinación de proteínas que rejuvenecen la piel. Por otro lado, en el último mes se habla mucho del esperma de salmón, que ya llegó al Perú. Pero hay que tener siempre mucho cuidado con las cosas nuevas porque entran productos buenos y malos. Se debe hacer la investigación correspondiente, que el producto esté aprobado por Digemid”, continúa el doctor Iván Medrano. Los polinucleótidos de ADN de salmón son fragmentos de ADN purificados y esterilizados, derivados del esperma de salmón, que se utilizan en medicina estética para la regeneración y rejuvenecimiento de la piel.
La tecnología en productos estéticos también ha evolucionado. Antes se usaba un mismo relleno para todas las zonas de la cara; hoy los laboratorios tienen diferentes tipos de hilaurónicos específicos para —por ejemplo— tratar ojeras, hacer ‘lifting’, rellenar los labios, etc. El factor del dolor o la hinchazón también ha mejorado mucho: los productos tienen hoy en día anestesia incorporada y hay técnicas de inyección con microcánulas que no producen moretones.
“Siempre están saliendo cosas nuevas y mejores. Todos los productos han evolucionado, incluso el plasma, que es bueno pero superficial”, explica.
Finalmente, están los avances con tecnologías de inteligencia artificial. “Ingresas el tipo de piel y edad del paciente, y te hacen un escáner para ver el estado de piel. Automáticamente se programa lo que necesita esa cara”, destaca Medrano. La gran tendencia en la estética actual es buscar la naturalidad, mejorar la piel y rellenar menos el rostro. En ese camino, puede que la IA sea una gran aliada. //
Lo que debes saber
♦♦ El bótox, o toxina botulínica, relaja los músculos faciales para reducir las arrugas de expresión. En las mujeres tiene un tiempo de duración de seis meses y en los hombres de cuatro.
♦♦ El ácido hialurónico se utiliza para devolver el volumen facial. Suele reabsorberse pasado un año. Puede aplicarse al mismo tiempo que el bótox.
♦♦ Otro de los tratamientos más pedidos actualmente es el de los bioestimuladores de colágeno, sustancias inyectables que se utilizan para estimular la producción natural de colágeno en la piel.
♦♦ Todos los casos se tienen que evaluar personalmente. Es clave acompañar los tratamientos con una buena rutina de ‘skincare’.