El gobierno de Brasil, anfitrión de la COP30, intensificó su llamado a los países participantes para alcanzar acuerdos concretos antes del cierre oficial de la cumbre. Tras varios días de negociaciones lentas y posiciones divergentes, la presidencia brasileña advirtió que el proceso corre riesgo de estancarse y pidió a las delegaciones “pasar de las declaraciones a la acción”.
En una comunicación oficial dirigida a los líderes presentes en Belém, Brasil subrayó que los puntos más sensibles —financiamiento climático, eliminación progresiva de combustibles fósiles, adaptación y protección de pueblos indígenas y biodiversidad— deben resolverse en cuestión de horas. Fuentes diplomáticas señalaron que la propuesta brasileña busca evitar que la COP30 concluya sin avances significativos, lo que representaría un retroceso para la agenda climática global.
Analistas consultados señalan que el modelo tradicional de toma de decisiones en las COP, basado en consensos casi unánimes, enfrenta señales de agotamiento. Algunos países han planteado introducir mecanismos más ágiles que prioricen la implementación y la verificación de compromisos, dada la lentitud del actual sistema. De acuerdo con organismos internacionales, esta cumbre podría convertirse en un punto de inflexión en la forma en que se negocia la acción climática a nivel mundial.
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, Simon Stiell, advirtió que la falta de cooperación podría derivar en un escenario de “bloqueo político”. Subrayó que, de no lograrse acuerdos sobre financiamiento y eliminación de combustibles fósiles, el proceso multilateral quedaría seriamente debilitado.
Brasil, por su parte, delineó tres ejes como base para un posible acuerdo: refuerzo de financiamiento climático, mayores exigencias en reducción de emisiones y regulación de medidas comerciales asociadas a la descarbonización. Delegados de varios países en desarrollo respaldaron esta hoja de ruta, aunque insistieron en que las naciones de mayores emisiones deben asumir compromisos proporcionales a su responsabilidad histórica.
La COP30, que se desarrolla entre el 10 y el 21 de noviembre en la ciudad amazónica de Belém, reúne a casi 200 naciones. El evento ha estado marcado por manifestaciones ciudadanas que exigen acciones inmediatas, especialmente en lo relacionado con la reducción del uso de combustibles fósiles.
