El resultado final era el deseado en la previa; sin embargo, la forma en cómo se dio terminó siendo un golpe duro: Boca Juniors empató 2-2 contra Benfica tras ir ganando 2-0 y con un jugador más por casi 20 minutos. El debut en este novedoso Mundial de Clubes en el que los futbolistas, como el caso del peruano Luis Advíncula que fue titular, salen al campo de juego al estilo de la NBA.
El estadio Hard Rock Stadium de Miami fue el escenario elegido para que un futbolista peruano dispute el torneo mundial después de dos años. Advíncula le tomó la posta a André Carrillo, quien legó a disputar la final en el anterior formato con el Al Hilal de Arabia.
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Esta vez, Advíncula fue titular en el once de Miguel Ángel Russo que equilibró experiencia con juventud, entendiendo las diferencias físicas entre el fútbol sudamericano y europeo. Del equipo que salió al campo, solo Lucho (35), el portero Marchesín (37), el central Jorge Figal (31) y el volante español Ander Herrera (35) superan la base tres.
Con el entusiasmo y la sensación de no tener nada que perder, Boca se envalentonó en el primer tiempo y en seis minutos anotó los dos goles de la ilusión: Miguel Merentiel (21’) y Rodrigo Battaglia (27’) fueron los autores de los tantos que desataron la locura en un estadio repleto de hinchas xeneizes, como si se tratara de La Bombonera en Buenos Aires.
Boca tuvo una actitud distinta a la que venía mostrando en los últimos meses, pero eso no bastó. Un error de torpeza en defensa del chileno Palacios provocó el penal que Ángel Di María cambiaría por gol en el tiempo añadido del primer tiempo (48’). Ya en el segundo tiempo, el desgaste físico hizo que los argentinos jueguen cerca de su área y no pudieran salir, ni siquiera cuando el italiano Belotti se fue expulsado (72’) cambió el trámite. A los 84’, Nicolás Otamendi, hincha de River Plate, puso el empate definitivo.
Una igualdad que, en la previa, estaba en los planes, pero que terminó siendo un punto con sabor a poco si se tiene en cuenta que el próximo rival es el temible Bayern Múnich que viene de golear 10-0 al Auckland City de Nueva Zelanda por el mismo grupo C. Aunque, antes de pensar en el siguiente encuentro, en DT analizamos el correcto partido de Luis Advíncula, el único representante del Perú en el magno evento.
Advíncula y un partido complicado
Luis Advíncula tuvo la tarea más complicada: por momentos tuvo que marcar al movedizo Di María y por otros, estar atento a Álvaro Carreras, el lateral español de 22 años tazado en 50 millones que quiere el Real Madrid. Y al que le ganó casi todos los duelos individuales.
El español se ubicó como un extremo por izquierda, muy adelantado y pegado a la raya. Y casi siempre recibió con tiempo y espacio para acomodarse y encarar; sin embargo, perdió la posesión 15 veces y tocó el balón apenas 64 veces, según las estadísticas de la página especializada SofaScore. Por su parte, el peruano tuvo cuarto despejes, ganó todos los duelos aéreos y tuvo 51 toques de balón.
“Hay que estar seguro para hacer lo que hizo Advíncula”, destacó el comentarista argentino Gustavo López tras una jugada en la que Carreras intentó pasar a Advíncula con un amague en velocidad, pero el peruano leyó muy bien la jugada y se quedó con el balón.

“Su zona fue la elegida por Benfica y la más castigada. Buenas y malas. Mejoró su rendimiento en el ST, sacó mucho del área. Probó de afuera y ganó un córner y aire”, escribió el periodista Ramiro Scandolo del diario “Olé” sobre Advíncula, a quien calificó con 6.5, el segundo más alto detrás de Lautaro Blanco, el otro lateral y el que asistió a Merentiel en el primer gol.
Advíncula, con 35 años encima, supo contrarrestar a uno de los laterales más deseados de Europa con 13 años menos. La experiencia se impuso, esta vez, a la juventud.