A la flota de al menos seis barcos de guerra que está desplazando al mar Caribe, entre buques de asalto anfibio y destructores, Estados Unidos ha sumado un submarino de propulsión nuclear y un crucero lanzamisiles. Este movimiento, señala Washington, es para neutralizar las rutas que usa el narcotráfico para el transporte de droga hacia EE.UU. Sin embargo, el despliegue naval también es tomado como una forma de presión al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, a quien la administración de Donald Trump señala de ser el cabecilla del Cártel de los Soles. Ahora, surge la interrogante de si el republicano realmente se está planteando un cambio de régimen en el país caribeño, o si efectivamente todo esto no es más que un esfuerzo por la interdicción de drogas.
La posibilidad del preparativo de una invasión se acentúa cuando el mismo Estados Unidos confirma que tres destructores de la flota naval se apostarán en las costas cerca de Venezuela. Pero a la vez el número limitado de efectivos que se están desplegando, más de 6.500 militares entre marines y marineros, desinfla esa alternativa.
La agencia Reuters informó el lunes que el submarino de propulsión nuclear y de ataque rápido USS Newport News, y el crucero lanzamisiles USS Lake Erie, llegarán al mar Caribe la próxima semana.
¿Cómo es el USS Newport News?

El USS Newport News (SSN-750) es uno de los submarinos de propulsión nuclear más destacados de la Marina de Estados Unidos. Integrante de la clase Los Angeles mejorada, este navío simboliza el poderío y la versatilidad de la flota submarina de ese país, diseñada tanto para misiones de combate como para operaciones de inteligencia en los mares más estratégicos del mundo.
Este submarino fue construido en los astilleros de Newport News, en Virginia, y fue botado en 1986. Entró en servicio tres años después.
Desde entonces, ha operado principalmente desde la base naval de Norfolk, haciendo patrullas de disuasión a escala global.
Tiene 110 metros de eslora y capacidad para un desplazamiento de más de 6.900 toneladas sumergido. Su propulsión nuclear —usa un reactor S6G diseñado por Westinghouse— le otorga prácticamente autonomía ilimitada, lo que significa que sus limitaciones dependen más de la resistencia de la tripulación y del abastecimiento de provisiones que de su capacidad técnica.
El USS Newport News puede alcanzar velocidades superiores a los 30 nudos bajo el agua y descender a profundidades superiores a los 300 metros, aunque los datos exactos son un secreto militar.
En cuanto a su poder de fuego, está equipado con cuatro tubos lanzatorpedos de 533 milímetros, desde donde puede desplegar hasta 37 armas distintas. Su arsenal incluye torpedos pesados Mark 48 ADCAP, misiles de crucero Tomahawk, armas antibuque como los Harpoon y minas marinas. Esta capacidad lo convierte en una plataforma versátil, capaz de atacar blancos en tierra, hostigar fuerzas navales enemigas o bloquear rutas marítimas.
Dispone de un complejo sistema de sonar esférico en la proa, sonares de barrido lateral y sistemas que le permiten rastrear embarcaciones a gran distancia. Posee contramedidas electrónicas para evadir amenazas.
Con una tripulación de 120 marineros, entre oficiales y personal técnico, el submarino puede permanecer en despliegues de hasta seis meses, cumpliendo labores de vigilancia, patrullaje o intervención directa en escenarios de tensión.
El USS Newport News también ha sido protagonista de incidentes. En enero del 2007, colisionó con un petrolero japonés en el sur del estrecho de Ormuz. Fue reparado y regresó al servicio activo.
¿Cómo es el USS Lake Erie?

El USS Lake Erie (CG-70) es uno de los buques más emblemáticos de la Marina de Estados Unidos. Perteneciente a la clase Ticonderoga, este crucero lanzamisiles no solo representa el poderío naval estadounidense, sino que también se ha convertido en un símbolo de la capacidad tecnológica para convertir el océano en un escudo frente a amenazas aéreas y espaciales.
Fue construido en los astilleros de Bath Iron Works, en Maine, y entró en servicio en 1993. Recibió su nombre de la victoria estadounidense en la Batalla del Lago Erie durante la Guerra de 1812, en la que la Armada estadounidense derrotó a la flota británica.
Tiene 173 metros de eslora y un desplazamiento de casi 9.600 toneladas. Su sistema de propulsión, basado en cuatro turbinas de gas General Electric, le permite superar los 32 nudos de velocidad y recorrer hasta 6.000 millas náuticas (11.112 km) sin reabastecimiento.
A bordo de USS Lake Erie viajan unos 380 marinos, incluidos 30 oficiales, que garantizan el funcionamiento de un navío diseñado para operar en los escenarios más complejos.
En cuanto a su armamento, la columna vertebral del USS Lake Erie es el sistema de combate AEGIS, una red integrada de radares y lanzadores capaces de detectar, rastrear y neutralizar múltiples amenazas al mismo tiempo. Sus 122 celdas de lanzamiento vertical le permiten disparar una amplia gama de misiles, como los Tomahawk para ataques terrestres, los Harpoon contra objetivos navales, los torpedos antisubmarinos y, sobre todo, los Standard Missile (SM-2, SM-3 y SM-6), diseñados para la defensa aérea y antimisiles.

Una de las acciones más emblemáticas del USS Lake Erie se dio en el 2008 mediante la Operación Burnt Frost (escarcha quemada), cuando derribó un satélite espía estadounidense que estaba fuera de control a más de 200 kilómetros de altura. El impacto directo demostró que un crucero en alta mar podía actuar como un sistema de defensa espacial.
Además de su poder de fuego, el USS Lake Erie cuenta con radares de última generación, sistemas de guerra electrónica, cañones automáticos de 127 mm y defensas de corto alcance como los Phalanx CIWS, preparados para interceptar misiles enemigos en los últimos segundos antes del impacto. Su capacidad aérea se complementa con dos helicópteros MH-60R Seahawk, empleados para patrullaje, guerra antisubmarina y operaciones de rescate.
Tiene su base en Pearl Harbor, Hawái. Forma parte de la primera línea de la estrategia de defensa estadounidense en el Pacífico.
¿Qué puede pasar?

Estados Unidos está emplazando en el mar Caribe el grupo anfibio USS San Antonio, USS Iwo Jima, USS Fort Lauderdale, los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham, USS Sampson y ahora el submarino USS Newport News y el lanzamisiles USS Lake Erie, además de aviones P-8 que hacen vigilancia y recopilan información de inteligencia.
Washington asegura que Maduro es cabecilla del Cártel de los Soles y por su captura ofrece una recompensa de 50 millones de dólares.
Además, ha designado al Cártel de los Soles como organización terrorista a escala global, lo cual, bajo la legislación estadounidense, le convierte en un blanco legítimo para acciones legales, financieras y militares.
¿Estamos ante una inminente invasión de Venezuela para derrocar a Maduro? Para el analista internacional Francesco Tucci, la cantidad de fuerzas acumuladas en el mar Caribe es insuficiente como para lanzar un asalto anfibio que sea exitoso, y más bien cree que se trata de una operación antidrogas con un componente de fuerte presión sobre el régimen chavista.
“Según la literatura militar, se necesita de una relación de 7 a 1 para hacer un asalto anfibio exitoso. Eso es algo que no se hace desde la Segunda Guerra Mundial porque el costo es altísimo. Mientras que para un ataque terrestre, el que ataca debe tener una ventaja de 3 a 1. Eso es lo básico”, dijo Tucci a El Comercio.
“Creo que este despliegue apunta más a organizar operativos de interdicción en contra del tráfico de drogas antes que una invasión. Y eventualmente, tener una serie de recursos para llevar adelante, con fuerzas especiales, drones, componente aéreo y componente balístico, ataques a blancos de alto valor relacionados con el narcotráfico”, explicó.
“Este despliegue también puede ser un medio para presionar al régimen de Maduro, pero la prioridad sería el combate al narcotráfico en la región. Hay que ver si hay un despliegue posterior que cambie esa perspectiva”, remarcó Tucci.
En cuanto a la reacción del régimen chavista, Tucci sostuvo que Maduro está usando este despliegue militar estadounidense como una propaganda interna en su favor. Una de esas acciones de propaganda, señaló, fue el llamado a la mivilización de 4,5 millones de milicianos.
“Desde un punto de vista de entrenamiento y de componente tecnológico, la fuerza armada venezolana no puede imponerse a Estados Unidos; es imposible. Entonces, simplemente se está haciendo referencia a un discurso propagandístico, nacionalista, de consumo interno, y todo ello en medio de una grave crisis económica por la que atraviesa el país”, enfatizó.