La campaña electoral rumbo al 2026 avanza con más restas que sumas. Sin alianzas electorales definidas entre los 43 partidos políticos con inscripción vigente, lo único concreto hasta la fecha son los 10 nombres que han quedado fuera de la contienda presidencial en un escenario donde el proceso electoral cada vez se asemeja más a una elección de corte subnacional.
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Truvid

Hernando de Soto renunció a Progresemos tras una serie de desavenencias con el líder del partido, Paul Jaimes, por el control de la campaña. De esta manera, De Soto no podrá postular a la presidencia debido a que el plazo límite para renunciar a una agrupación y poder cambiar de camiseta política venció en diciembre del 2024.
Carlos Álvarez afronta una situación similar tras reconocer que su relación con la dirigencia de País para Todos no atraviesa por su mejor momento”. “Hay puntos de discrepancia que se vienen conversando en las dos últimas semanas”, dijo en un video publicado en Facebook, donde además anunció que su situación se definirá durante el mes de junio.
Durante la semana, este Diario consultó con el equipo de Álvarez sobre los rumores de renuncia, pero negaron dicha posibilidades. Sin embargo, para el fin de semana, el mismo Álvarez publicó el video reconociendo la problemática que, según fuentes, se origina en el pedido de Álvarez para tener el control de la campaña 2026, incluyendo el manejo de candidaturas. El líder del partido, Vladimir Meza, ha negado esta posibilidad, según las mismas fuentes consultadas.
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Otros buscan sacar la vuelta a sus impedimentos para forzar sus candidaturas. Martín Vizcarra continúa realizando actividades proselitistas pese a que está inhabilitado para postular y de integrar su propio partido. Desde su partido, Alejandro Salas asegura que confían revertir las inhabilitaciones en su contra, mientras que el Jurado Nacional de Elecciones ha programado para el 6 de junio la audiencia de apelación contra la resolución que lo dejó fuera de Perú Primero.
Mientras que Antauro Humala busca forzar una postulación al Senado con Juntos por el Perú pese a que el Poder Judicial declaró la ilegalidad de su partido después de la fecha limite para poder postular con otra agrupación política.
—Regionalización—
Todos los indicadores muestran una suerte de regionalización electoral. Paulo Vilca, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), apunta que vemos candidatos presidenciales con poca adhesión tal como suele suceder con los candidatos regionales o municipales. “Lo otro que vemos es que el principal competidor no es del partido contrario, sino el de tu propia lista. (Phillip) Butters pelea con (Rafael) López Aliaga. A (Vicente) Alanoca lo atacan desde el lado castillista. Existe mucha competencia interna”, advierte Vilca.
Otro factor que señala Vilca en esta regionalización es que la campaña no está marcada por divisiones ideológicas por el momento. Lo que puede marcar tendencias -según añade Vilca- tiene que ver con otros factores que se van a ir definiendo en los siguientes meses, como la conformación de alianzas, la separación de ciertos grupos como Fuerza Popular del gobierno, y la definición de listas al Congreso.
“La figura del arrastre en la cédula de votación será más difícil que funcione. Antes bastaba con un buen candidato presidencial, ahora puede que no sea así. Esto está llevando a varios candidatos en regiones a pensar si les conviene ir o no al Senado porque será más competitivo y no son tantos cupos. Elegir un senador será como elegir un gobernador regional”, apunta.
Las agrupaciones políticas también han empezado a buscar bolsones electorales, aunque en casos como la izquierda todos han mirado específicamente al sur. Roberto Sánchez, de Juntos por el Perú, lanzó su precandidatura en Cusco y Nuevo Perú eligió al puneño Vicente Alanoca en lugar de Verónika Mendoza como su precandidato. Para Vilca, la izquierda busca capitalizar el descontento del sur, especialmente de Puno, que se generó a raíz de las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte.
Finalmente, Vilca estima que el número de candidaturas presidenciales podría terminar en 30.
