La Lima antigua y virreinal todavía guarda muchos secretos. Dos de ellos permanecían bajo tierra y fueron hallados gracias a la labor de Prolima, la gerencia de la Municipalidad de Lima (MML) que recupera el valor cultural del centro histórico: el Molino de Aliaga y el Arco del Puente. Ambos han sido encontrados a unos metros del Palacio de Gobierno y se busca su puesta en valor. Sin embargo, su continuidad está en riesgo por decisión del Ejecutivo.
El Molino de Aliaga
El Molino de Aliaga es la única edificación del siglo XVI, la época fundacional de Lima, que ha llegado hasta nuestros días, pues todas las construcciones que hoy se conservan en el centro histórico son del siglo XVII en adelante.
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Los canales prehispánicos como el de Huatica o Monserrate, que conducían el agua del río Rímac, fueron fundamentales para la elección de Lima como capital del virreinato del Perú. El núcleo fundacional de la ciudad se planificó aprovechando el trazado de estos canales.
Jerónimo de Aliaga, uno de los militares de confianza de Francisco Pizarro, recibió un terreno colindante al río Rímac tras la fundación de Lima. En 1548, Aliaga mandó a construir el molino en la zona que hoy ocupa el ingreso al estacionamiento subterráneo de la Alameda Chabuca Granda.
“Este molino funcionó empleando la fuerza de uno de los ramales del canal de Huatica y molía trigo para la elaboración de harina. Con ella se hacían diferentes productos, como el pan. En 1672 fue clausurado. Con el paso del tiempo y el crecimiento paulatino de la ciudad, nuevas edificaciones como viviendas y establecimientos comerciantes ocuparon el espacio del antiguo molino”, explicó a El Comercio Ernesto Olazo, coordinador del grupo de arqueólogos de Prolima.
El arqueólogo también mencionó que la galería comercial Polvos Azules funcionó en esta zona en los años noventa.

El equipo de arqueología de Prolima halló los restos del Molino de Aliaga a cinco metros de profundidad en el 2020. “La estructura estaba cubierta por relleno constructivo correspondiente a edificaciones de los últimos cuatro siglos, así como los restos de una manzana de negocios y viviendas demolidas para construir la Alameda Chabuca Granda. Se hallaron en buen estado de conservación sus dos arquerías de ladrillo y muros de contención de piedra, a través de los cuales cursaba el agua que activaba el sistema de molienda”, detalló Olazo.
“Es la única estructura hidráulica de producción industrial que se ha encontrado hasta el momento en el centro histórico”, añadió.
“También se hallaron restos de las piedras circulares que, una vez activado un sistema de ruedas de madera, giraban y molían el trigo. Antiguamente, las piedras se ubicaban en la sala molinera, un ambiente construido encima de las arquerías”, agregó.
El hallazgo del Molino de Aliaga permite comprender cómo nuestra ciudad ha crecido y evolucionado con el paso de los siglos. Por ello, el objetivo del proyecto de Prolima es ponerlo en valor, realizar una reconstrucción didáctica de su antiguo funcionamiento y anexarlo al espacio público.
Asimismo, se busca ampliar la zona de excavación, cuya extensión es de 300m2 para estudiar los sectores del molino que aún están enterrados. “Para conocer y estudiar la configuración urbana primigenia de la zona, se busca conectar el área de excavación del molino con la del antiguo Puente de Piedra, ubicada a pocos metros, con un corredor. Más adelante, se integrarán ambos proyectos con el Parque de la Muralla”, mencionó Olazo.
El Arco del Puente
El Puente de Piedra o Puente Trujillo se construyó en 1610 por encargo del virrey Marqués de Montesclaros para mejorar la conexión entre la ciudad amurallada y la ribera norte del río Rímac. Olazo mencionó que esta edificación reemplazó a un puente del siglo XVI, construido con ladrillos y constantemente dañado por los embates del río.
En paralelo, se edificó un arco de 25 metros de altura en el extremo sur del Puente de Piedra, en dirección al actual Jr. de La Unión. Diseñado por Fray Gerónimo de Villegas y construido por Juan del Corral, fue inaugurado en 1611.
Durante sus casi tres siglos de existencia, el Arco del Puente, con su lema ‘Dios y la Patria’, fue la entrada principal a la ciudad de Lima desde el Rímac y un punto de referencia clave para viajeros y comerciantes que recorrían el virreinato. En el siglo XIX, presentaba la imponente estética de un arco triunfal.

Sin embargo, en la madrugada del domingo 13 de abril de 1879, un incendio que inició en una pastelería cercana lo redujo a cenizas. En aquella época, el interés nacional y los recursos económicos estaban destinados como prioridad al inicio de la Guerra del Pacífico, por lo que su restitución quedó en segundo plano.
Por ello, Prolima busca restituir el Arco del Puente, respetando su arquitectura, ubicación y dimensiones originales. Para generar un plano arquitectónico fidedigno del monumento, especialistas de la entidad analizaron el material gráfico y fotográfico existente, determinando las dimensiones, proporciones y composición original del Arco y sus partes.
“Para este cálculo fue fundamental una fotografía de Eugene Courret de 1870 en la que aparece una persona de aproximadamente 1,60 metros de altura al lado del arco, lo que permitió determinar escalas humanas y urbanas del monumento, así como las medidas del arco con mayor claridad”, explicó Olazo.
Actualmente, se realiza una investigación arqueológica en lugar donde estuvo edificado originalmente para encontrar vestigios del arco. A la fecha se ha identificado la base oeste del arco, compuesta de mampostería de piedras labradas de gran tamaño. Además, se encontró un arco de ladrillos de poco más de 5 metros de altura, que habría sido parte del primer puente que tuvo la ciudad en el siglo XVI.
El proyecto también incluye habilitar una sala de interpretación ubicada entre los campanarios de la parte alta del arco. De esta forma, funcionará como espacio de rescate y difusión del legado histórico del monumento, y como mirador hacia Lima y el Rímac.
¿Por qué ambos proyectos no pueden progresar?
Ambos proyectos se encuentran en la fase inicial de excavaciones arqueológicas, una etapa preliminar de investigación para la realización de expedientes técnicos. Prolima cuenta con permisos del Ministerio de Cultura (Mincul), establecidos en cinco actas, para explorar la zona donde actualmente se encuentra el estacionamiento de Palacio de Gobierno; también tiene un permiso de restricción vehicular de la Municipalidad de Lima (MML). Sin embargo, la fase de exploración no puede avanzar por decisión del Ejecutivo.


“Hemos identificado que la base este del Arco del Puente se encuentra debajo de la caseta de control del estacionamiento de Palacio de Gobierno, que es un área pública. Cuando intentamos ingresar a la zona con el permiso que tenemos, el personal de seguridad lo impide, porque indican que no existe autorización de las autoridades de Palacio. Su argumento es que afectaría la seguridad y transitabilidad de la presidenta [Dina Boluarte] y los funcionarios que utilizan el estacionamiento”, detalló Carlos Vega, subgerente de Operaciones de Prolima.
En mayo, Prolima solicitó al Despacho Presidencial una autorización para la prueba de ensayo de refracción sísmica del proyecto de recuperación del Arco del Puente. En un documento al que accedió El Comercio, el Ejecutivo respondió el 17 de mayo que el pedido no era viable, porque “la zona donde se realizaría dicha prueba de ensayo de refracción es por donde habitualmente la señora Presidenta Constitucional de la República realiza sus desplazamientos”.

Pese a que cuenta con los permisos correspondientes para acceder a este espacio público, Vega manifestó que Prolima no tiene la intención de ingresar a la fuerza al área que impide Palacio de Gobierno. La culminación de los trabajos preliminares tiene un mes de retraso y la entrega del Arco del Puente, programada originalmente para octubre de este año, no tiene una fecha definida.
¡Patrimonio en riesgo por decisión del Ejecutivo!
El 18 de agosto, Prolima inició con los trabajos para integrar los dos sectores de excavación arqueológica del Arco del Puente y el Molino de Aliaga. Esto involucró ampliar las áreas de intervención dentro del espacio permitido por el Mincul, por lo que se redujo el tramo peatonal y vehicular más cercano a los rieles del tren del Jr. Áncash. No obstante la circulación y acceso de vehículos continúa por el otro sentido de la vía.

“Teníamos un vacío cognitivo sobre aquello que había en el medio de ambas excavaciones. Su integración nos permite ampliar el panorama de la Lima virreinal y conocer el vínculo patrimonial, arquitectónico y arqueológico entre dos espacios muy cercanos”, explicó Olazo.
Sorpresivamente, el Despacho Presidencial, adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), envió el 20 de agosto el oficio N° 006271 en el que manifestó una “profunda preocupación” que Prolima realizaba en la zona cerca al estacionamiento exterior a Palacio de Gobierno. De acuerdo con el documento, la ampliación del cerco de la obra reducía significativamente el acceso.
“Asimismo, se ha observado que su entidad no ha comunicado la magnitud exacta de las excavaciones ni ha ejecutado los planes de desvío de manera adecuada (…) ; y como resultado de ello, las obras han cerrado uno de los carriles vehiculares, creando un alto riesgo de colisión y afectándose el derecho al libre tránsito de la ciudadanía. (…) Cabe precisar que, esta situación compromete seriamente la seguridad integral de la Presidente de la República, debido a que el espacio reducido impide que su escolta, compuesta por once (11) vehículos, cumpla con las medidas de protección y seguridad“, se lee en el documento al que El Comercio accedió.
Por esa razón, el Despacho Presidencial solicitó la suspensión inmediata de las obras en las áreas Chabuca Granda 1 (Molino de Aliaga) y Chabuca Granda 2 (Arco del Puente).
Este Diario verificó que el tránsito de peatones y vehículos continúa sin mayores dificultades luego de la ampliación.
Ampliación de obras de JOSE CAYETANO CHAVEZ
La respuesta de Prolima llegó al siguiente día a través de un oficio. “En el marco del ‘Proyecto de Investigación Arqueológica, Conservación y Puesta en Valor de las Portadas, Balarte y Tajamares de la Muralla de Lima’ (…) se ha propuesto medidas para el tránsito vehicular y peatonal”, se lee en el documento que lleva la firma de Carlos Vega. “Quisimos manifestar que íbamos a continuar, porque tenemos los permisos”, declaró Vega a El Comercio.
Ese mismo 21, Prolima fue notificada que la Procuraduría a cargo de los asuntos judiciales de la PCM había interpuesto una demanda de Habeas Corpus para frenar las obras de exploración y solicitar la “abstención de ejecutar futuras medidas materiales o proyectos sin previa coordinación con las instancias competentes del Ejecutivo”.

Prolima respondió a través de un documento con 12 puntos que sustentan la posición de Prolima y recuerdan los permisos de excavación otorgados por el Mincul y restricción vehicular de la MML.
El informe que propone anular todo el proyecto de la Muralla de Lima
El 21 de agosto, llegó un documento de consecuencias que podrían ser fulminantes. El Mincul envió a Prolima el oficio N° 000511-2025-DGPA. “En atención al Informe N° 000305-2025/DGPA-VMPCIC-ARD/MC, elaborado por la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble (DGPAI), mediante el cual se propone declarar la nulidad de oficio de las Resoluciones Directorales N° 000408-2023-DCIA/MC y N° 000463-2024-DCIA-DGPA-VMPCIC/MC, que autorizaron la ejecución del ‘Proyecto de investigación arqueológica, conservación y puesta en valor de las Portadas, Baluartes y Tajamares de la Muralla de Lima’“, indica la primera página del documento.

Vega indicó a El Comercio que, de ser retiradas las autorizaciones, no solo se detendrían las obras del Arco del Puente y el Molino de Aliaga, sino también las otras seis áreas que comprenden el proyecto paisajístico del rio Rímac a lo largo de la Muralla de Lima.
No obstante, según Vega, el Mincul nunca envió a Prolima el Informe N° 000305-2025/DGPA-VMPCIC-ARD/MC.
“Nosotros no tenemos idea de cuáles son los fundamentos de la solicitud de nulidad. De acuerdo a la Ley general de procedimientos administrativos, nosotros tendríamos que saber cuál es la causal de nulidad que nos están que nos están notificando”, afirmó.
Por el contrario, el Mincul adjuntó el informe N° 000320-2025. En él se argumenta, que el proyecto de Prolima no es viable por razones de seguridad, gestión de riesgos de desastres y operaciones aéreas.
“El Despacho Presidencial cuenta con un Plan de emergencia (…) en el cual se establecen las rutas de evacuación para el personal y las altas autoridades. Dicho plan considera a la parte posterior de Palacio de Gobierno como una zona segura de evacuación, diseñada específicamente para garantizar la protección de las altas autoridades y permitir una salida peatonal/vehicular rápida y eficiente en situaciones de emergencia. El bloqueo de esta ruta de evacuación representaría un riesgo alto en caso de la ocurrencia de un sismo u otra emergencia, ya que imposibilitaría el uso de la vía principal destinada para una salida rápida y segura”, indica el informe.
“Esta parte posterior de Palacio de Gobierno es utilizada como estacionamiento, helipuerto, tiene cadenas y también una caseta de vigilancia. Entonces, no se está respetando como ruta de evacuación. Es uno de los puntos que no nos parece coherentes”, mencionó Vega.
Acerca de las operaciones aéreas, se incluye un informe sin número del 5 de junio emitido por el coronel FAP Giancarlo Vargas Barahona. En él, se menciona que el área de excavación del proyecto de Prolima afecta al área de aproximación y aterrizaje de helicópteros del helipuerto de Palacio.
En la primer imagen del informe, se observa que la trayectoria de los vehículos no es afectada visualmente por la zona del proyecto de Prolima.

Una segunda imagen incluye una parte de las excavaciones del Arco del puente dentro de la zona del aproximación de los helicópteros. Sin embargo, la zona de aproximación está representada por un círculo imperfecto. Además, el helipuerto se observa a una distancia pronunciada del espacio de la obra arqueológica.

Por todas estas razones, Vega considera que “el reclamo del Ejecutivo no es técnico ni objetivo”. “Nosotros nos vamos a pronunciar, porque nos han enviado una solicitud formal con un oficio. Pero estamos mencionando que se está vulnerando nuestro derecho a defensa. Además, contamos con todo el sustento de los permisos que obtuvimos. Vamos a agotar todas las instancias legales para sacar adelante este proyecto a favor del patrimonio limeño y del Perú”, sostuvo Vega.
El Comercio solicitó una entrevista al Mincul sobre por qué el Ejecutivo pretende dejar sin autorización el proyecto de investigación arqueológica de Prolima. Hasta el cierre de esta nota, no se obtuvo respuesta.