En un avance significativo para los esfuerzos diplomáticos internacionales, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recibió oficialmente de Estados Unidos una propuesta de plan orientado a terminar el conflicto armado con Rusia que se prolonga desde febrero de 2022. La entrega del documento, confirmada por la Presidencia ucraniana y la Casa Blanca, da inicio a una fase crítica de diálogo en la que equipos negociadores de ambas naciones trabajan en la revisión de los puntos planteados, con el objetivo de hallar una salida “digna y efectiva” que tenga aceptación para ambos bandos y la comunidad internacional.
Fuentes ligadas al proceso revelan que el borrador—resultado de semanas de consultas discretas entre enviados estadounidenses y rusos—incluye elementos sensibles, como la cesión del control de áreas del Donbás todavía defendidas por Ucrania, la reducción significativa de sus efectivos armados, el reconocimiento de la anexión de Crimea por Rusia y el desarme parcial impulsado por garantías internacionales de seguridad. Estos puntos reflejan posturas históricas del Kremlin, así como la presión de Washington para evitar un estancamiento militar que comprometa la seguridad regional más allá de Europa del Este.
Zelenski ha manifestado públicamente el compromiso de abordar el documento “de manera transparente y honesta”, insistiendo en la necesidad de que cualquier arreglo preserve demandas irrenunciables para el pueblo ucraniano. En paralelo, la Casa Blanca expresó optimismo sobre el reinicio del diálogo, destacando que la propuesta busca restaurar la paz en términos aceptables para Ucrania, Rusia y los principales actores internacionales.
Las próximas jornadas serán determinantes, ya que se espera una reunión bilateral entre Zelenski y el presidente estadounidense Donald Trump en Kiev, donde se buscan acercar posiciones, sumar apoyos diplomáticos y discutir las garantías de implementación. En este contexto, sectores críticos de la oposición ucraniana y diversas ONG insisten en la importancia de mantener la soberanía nacional y el respeto por las víctimas del conflicto.
La propuesta estadounidense marca un punto de inflexión en la guerra, reactivando la esperanza de una solución negociada, aunque, a juzgar por los antecedentes, persistirán obstáculos significativos en los ámbitos político, territorial y humanitario.
