El exalcalde de Trujillo, Arturo Fernández Bazán no encontró mejor forma de evadir la sentencia por difamación que le impuso el Poder Judicial que huir a Argentina, desde donde aún pretende postular en 2026 como vicepresidente con el partido Un Camino Diferente.
Sin embargo, lo que no se sabía era que el popular ‘Loco de Moche’ logró que el gobierno de ese país le otorgara la condición de refugiado. Eso se constata con un documento del 11 de noviembre al que accedió Perú21.
El Ministerio del Interior de Argentina le brindó a Fernández Bazán una «permanencia provisoria» hasta el 9 de febrero de 2026 al amparo de la Ley 26165, Ley General de Reconocimiento y Protección al Refugiado.
Ese beneficio le permite trabajar, recibir remuneraciones, estudiar y acceder a servicios públicos en tierras argentinas. Una vez vencido el plazo, el exburgomaestre puede renovar su estancia ante la Dirección Nacional de Migraciones.

Fernández se presenta como víctima tras ser condenado y acusa a la justicia trujillana de estar manipulada por intereses económicos y políticos vinculados a César Acuña, exgobernador de La Libertad y candidato por Alianza para el Progreso.
El mismo candidato ha usado sus redes sociales para anunciar que vive en Buenos Aires y no ha dejado de hacer proselitismo político. En uno de sus últimos videos se lo ve usando un polo que anuncia su postulación.
La condena en primera instancia contra el vacado exalcalde es por un año de prisión efectiva por difamación agravada, tras llamar “coimero” al trabajador municipal Julio Enrique Morillas Rodríguez en una transmisión en redes sociales.
Salió por Bolivia e ingresó ilegalmente a Argentina
Arturo Fernández brindó una entrevista al diario argentino El Clarín en la que insistió en su defensa de ser un «perseguido político».
En esa línea reconoció que fugó del Perú por la frontera con Bolivia, y de ese país ingresó a Argentina «sin documentos y pasó unos días en Catamarca».
“En mi país hay una dictadura, no hay democracia”, manifestó Fernández y agregó que vive en Buenos Aires con «algún dinerito» que le «envían» sus compatriotas. «Con eso ya me puedo costear mi estancia acá», sostuvo.


