La agencia Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de Perú en BBB con perspectiva estable, destacando la fortaleza macroeconómica del país y su disciplina fiscal, aunque advirtió que la inestabilidad política continúa siendo el principal riesgo para su desempeño económico a mediano plazo.
En su informe, Fitch subraya que la economía peruana conserva fundamentos sólidos, con niveles moderados de deuda pública (alrededor del 32 % del PIB), un sistema bancario estable y reservas internacionales suficientes para cubrir sus obligaciones externas. Sin embargo, la firma advierte que la falta de cohesión política y los constantes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso podrían afectar la confianza de los inversionistas.
A pocos meses de las elecciones generales de abril de 2026, la agencia remarcó que la gobernabilidad sigue siendo un factor determinante. Los frecuentes cambios de gabinete, las tensiones entre poderes del Estado y los episodios de censura a ministros generan incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para sostener políticas fiscales coherentes.
“Perú continúa mostrando una posición fiscal y monetaria sólida dentro de la región; sin embargo, la persistente volatilidad política limita su potencial de crecimiento sostenido”, señala el informe.
En los últimos meses, el país ha enfrentado presiones inflacionarias moderadas y un crecimiento interanual de aproximadamente 2,3 %, impulsado principalmente por la minería, la construcción y las exportaciones no tradicionales.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) celebró la ratificación como una muestra de confianza internacional en la gestión económica del país. En un comunicado, la cartera indicó que la decisión “reafirma la resiliencia de la economía peruana pese al entorno político desafiante”.
Por su parte, analistas locales destacaron que mantener la nota BBB permite conservar acceso preferente al crédito internacional, con tasas de interés moderadas y condiciones financieras favorables. No obstante, advierten que una eventual crisis política o un cambio de rumbo económico podría provocar una revisión a la baja en el corto plazo.
En el panorama latinoamericano, Perú se mantiene entre las pocas economías con grado de inversión, junto a Chile, México y Uruguay. Fitch resaltó que la prudencia fiscal peruana contrasta con los desafíos de otros países de la región, donde los déficits fiscales y la inflación han erosionado la estabilidad macroeconómica.
