En los años 80 y 90 su llegada a Lima desataba histeria. Guillermo Dávila era el galán venezolano que hacía suspirar en “Ligia Elena” o “Diana Carolina,” y que en los escenarios encendía multitudes con himnos como “Sólo pienso en ti” o “Cuando se acaba el amor”. Hoy, a sus 70 años y con seis décadas de trayectoria, el cantante regresa al Perú para un concierto especial en el que compartirá escenario con su hijo peruano, Vasco Madueño.

El encuentro se dará este 6 de setiembre en el Anfiteatro del Parque de la Exposición, como parte de su gira internacional Cantaré para ti. Esa noche, padre e hijo unirán sus voces en una canción que no pertenece al repertorio clásico de Dávila, pero que encierra una carga emocional simbólica.
“Es una canción que quiero mantener en secreto. No es tan conocida, pero es muy especial. Habla de la vida y la muerte, de una relación de pareja. Es muy romántica”, adelanta el artista venezolano.

Reencuentro esperado
Para Guillermo Dávila, volver a Lima ya no significa únicamente reencontrarse con un público fiel, sino también vivir un capítulo profundamente personal.
“Es algo bien especial porque me llena de mucha alegría, sobre todo el hecho de volver a compartir con Vasco”, refiere. En esta ocasión, además, se sumará al escenario Marcela Navarro, a quien guio como coach en “La Voz Perú” y de quien hoy se declara admirador.
“Ella es una chica que realmente canta, y canta muy bien. Le tengo envidia porque tiene más de 300 canciones; yo, si acaso, llego a 20. Pero lo más grande que ha tenido Marcela no vino de mí como entrenador, sino de ella misma: de su manera de ser, de su humildad, creatividad y de esas poderosas y bellas cuerdas vocales que debe cuidar muchísimo”, señala.
Voces unidas
La primera vez que Guillermo y Vasco subieron al escenario juntos no fue planificado. Fue durante el concierto benéfico que el joven cantante organizó en Perú para recaudar fondos para el tratamiento de su madre, quien lucha contra el cáncer. Esta vez, en cambio, será un acto preparado y celebrado, donde no habrá improvisación sino la intención de demostrar que la vida siempre guarda una segunda oportunidad.
“Aquella vez nadie sabía que iba a ir, simplemente me aparecí. Me puse detrás del escenario y no sabía si Vasco estaba ahí, si se había ido a vender papa frita o a comer un sándwich (ríe). Me monté en el escenario, irrumpí. Ahí lo distinguí entre el público y arranqué la introducción. Como soy precavido, tenía la letra de la canción en el bolsillo para dársela. Todo fue muy tenso porque debía irme rápido”, recuerda.
“Yo no sabía cómo estaban esas cuerdas vocales de Vasco y, de hecho, todavía no lo sé muy bien. Ahora, al fin, voy a poder estar con él y compartir un rato de canto. Para mí ha sido placentero el hecho de poder encontrarnos y compartir”, acota.

Presente con claridad
Hoy, Guillermo se muestra en una etapa distinta, con la serenidad de quien ha sobrevivido a tormentas y ha aprendido a soltar. “Cada vez más claridad, cada vez más dulzura y felicidad”, resume sobre su momento actual.
Esa plenitud también lo impulsa a un nuevo proyecto: un libro de anécdotas donde contará historias de su carrera, recuerdos, aprendizajes y episodios que lo marcaron. “Va acompañado de todas las vivencias, de todo lo que pueda ser indicativo de crecimiento”, remarca.
Dávila volverá a interpretar en Lima los clásicos que alguna vez desataron la euforia adolescente. Pero esta vez el aplauso será compartido, no solo para el ídolo, sino también para el hijo que lo acompaña en el escenario. Un aplauso que no celebra un éxito televisivo ni una canción de moda, sino el reencuentro de dos voces unidas por consanguinidad que se buscan, se reconocen y, al fin, se encuentran. Porque nunca es tarde para empezar de nuevo.
Además…
Guillermo Dávila cantará este 6 de setiembre en el Parque de la Exposición como parte de su gira “Cantaré para ti”. Las entradas están a la venta en Joinnus.