Para escalar un nevado no es necesario salir de Lima; ciertamente no es necesario dejar una habitación. Al menos así ha sido para un grupo de alumnos y su profesor, quienes recrearon el ascenso a uno de los apus más emblemáticos del Perú para un largometraje.
Emilio Campoverde (Lima, 2003) podría pasar como un alumno más del colegio de varones Alpamayo. Egresado de la escuela de cine de la Full Sail University de Orlando, Florida, a donde llegó becado, volvió a su alma mater para dirigir un taller de cine, donde ha juntado a chicos de primaria y secundaria para narrar historias. Más allá de hacer cortometrajes, rito de pasaje para cualquier cineasta, el colegio le financió el desarrollo de “Hasta la cumbre”, un largo.
“Empecé a estudiar antes de terminar el colegio y empalmé toda mi carrera, que fueron 4 años. Cuando estuve allá el director del colegio me llama y me dice para trabajar en este proyecto”, contó Campoverde en entrevista con El Comercio desde el set de filmación, escasos metros cuadrados que hicieron las veces de pico empinado y cueva lóbrega, ubicado en uno de los pabellones del campus de Ate.
¿Simular la nieve? Con tecnopor picado. ¿Un muro de hielo? Con planchas elaboradas por el taller de arte. ¿Y los actores? Pues del taller de teatro. Y como complemento, efectos especiales por computadora. La película utilizó el motor gráfico Unreal Engine, empleado en videojuegos de alta gama, para crear entornos digitales, como el interior de una cueva, que fueron proyectados detrás de los actores. Una técnica tan vieja como el cine, pero que logra engañar al ojo. El cineasta y escritor del guion destaca que hay sincronía entre las cámaras y lo proyectado, de modo que la ilusión se sostiene. Además actores y equipo técnico también filmaron escenas en Áncash.
“Hasta la cumbre” sigue a dos alumnos que a la vez son rivales. Cuando uno de ellos se propone escalar la montaña Alpamayo de Áncash, el otro irá por su cuenta para llegar primero a la cima. La historia funciona como un paralelo entre aquellos que hacen las cosas por la vía regular y aquellos que se saltan las normas o que prefieren ignorar el llamado de ayuda; una pugna entre la solidaridad y el egoísmo. En cualquier caso tanto héroe como villano se aventuran al frío sin guía profesional.
“El cine yo creo que es un espacio muy rico de comunicación, donde se plasma la profundidad de lo que es la vida humana. Despertamos humanidad y entonces decimos, ‘si nosotros aportamos y contribuimos a poner el cine en la vitrina en Latinoamérica, para nosotros es un desafío interesante’”, dijo por su parte Renzo Forlin, director general del colegio Alpamayo.
“Yo creo que este taller es una familia también. Lo que pasa es que todos nos llevamos [bien] entre nosotros. Entonces cada uno tiene un rol, nadie se queda fuera de este taller”, dijo por su parte Vasco Fonseca, uno de los actores.

Emilio Campoverde, director de la película «Hasta la cumbre» producida por el Colegio Alpamayo.
/ JOEL ALONZO
El cine en las aulas
Hay otros colegios de Lima que también cuentan con talleres de cine. Están Los Reyes Rojo, Villa Cáritas y San Pedro. Estos dos últimos llevan 10 años trabajando proyectos de cine en alianza con la Universidad de Lima. En 2024 estrenaron “Un nuevo ritmo”, película que se enfocó en la discapacidad física. En otras ocasiones han tocado temas como el bullying, el racismo, la autenticidad, la salud mental, etc.
“Muchas veces se piensa que los jóvenes no tienen la experiencia para contar algo, pero justamente tienen un mundo que miran desde su perspectiva y una cosa interesante es que son ellos los que saben qué historias contar para impactar en otros jóvenes”, dijo por su parte Marcelo Rodríguez, jefe del departamento de arte y cultura de Villa Caritas y San Pedro.
DATO
“Hasta la cumbre”. 27 y 28 de septiembre y 4 y 5 de octubre en Cinemark del Jockey Plaza.