El volcán Semeru, uno de los más activos e imponentes de Indonesia, registró una potente erupción en la madrugada del jueves, obligando a las autoridades a desplegar uno de los mayores operativos de evacuación y rescate del año en la provincia de Java Oriental. El Centro de Vulcanología informó que la explosión generó una columna de ceniza de más de seis kilómetros de altura y un flujo piroclástico que arrasó con vegetación y parte de la infraestructura local.
Al menos 1.000 personas han sido evacuadas de las aldeas ubicadas en el perímetro de 5 kilómetros alrededor del cráter, incluidas familias y más de un centenar de senderistas y montañistas que se encontraban en rutas de acceso habilitadas para actividades turísticas. Las labores de evacuación fueron coordinadas por el ejército, la policía y organismos de protección civil, priorizando a poblaciones vulnerables y asegurándose de la provisión de refugios temporales.
Si bien no se han confirmado víctimas mortales, hospitales y centros de atención de emergencias han reportado varios casos de intoxicación por inhalación de cenizas volcánicas, así como daños considerables a viviendas, cultivos y vías de comunicación. Las autoridades mantienen la alerta máxima ante posibles réplicas, nuevas explosiones y el riesgo de deslizamientos debido a la acumulación de sedimentos en las laderas del Semeru.
La población y los turistas han sido exhortados a seguir estrictamente las indicaciones oficiales y evitar cualquier incursión en la zona de peligro, mientras equipos de monitoreo científico continúan evaluando la evolución del fenómeno volcánico.
La erupción del Semeru, que ha generado espectaculares imágenes sobre el paisaje de Java Oriental, pone de manifiesto la vulnerabilidad de Indonesia frente a los desastres naturales, así como la importancia de la coordinación nacional e internacional en la gestión de riesgos ambientales.
