Uno de los hechos más trascendentales en la historia reciente del Perú es el que aconteció el 12 de setiembre de 1992, cuando se produjo la captura del terrorista Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, quien con su ideología de muerte y destrucción, fue responsable de miles de crímenes en el Perú.
Fue un puñado de integrantes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de Policía Nacional del Perú, la que llevó adelante la «denominada Operación Victoria», un logro sin precedentes para la institución y que hoy se recuerda con especial gratitud, no solo por la relevancia de la captura, sino porque se produjo, superando las limitaciones logísticas y de comunicación del momento, sin que se produjera un solo disparo.





