El cielo de Lima nos tiene preparada una sorpresa las tardes de verano. Si bien nos tiene acostumbrados a su tonalidad gris y una bruma permanente, uno de los beneficios de vivir en una capital al pie del Océano Pacífico es encontrarnos en estos meses del año con un espectáculo de colores abrumador.

Turistas y limeños están aprovechando al máximo con sus celulares el momento en que se esconde el sol para capturar en ‘selfies’ los dorados, anaranjados, rojos y morados que estallan en el cielo. Los más tímidos solo toman la foto del paisaje, pero lo cierto es que los malecones de los distritos de junto al mar están recibiendo las visitas de los ‘paparazzi’ solares en la espera paciente de la mejor toma de la extinción del sol.

“Los atardeceres nos permiten o te invitan a tener otra perspectiva, otra sensación del espacio de la ciudad, porque la inunda con este color cálido de manera que le quita lo gris o le quita lo triste que usualmente suele ser la metrópoli”, opina el gestor cultural e investigador literario Paulo César Peña. Como creador de las Peregrinaciones Literarias ha transitado por distintas rutas de Lima, como Santa Beatriz o el Centro Histórico, encontrándose con sus ocasos. “A veces pensamos la ciudad como símbolos o dinámicas sociales, pero la ciudad está sobre todo en la conexión con el espacio geográfico”, sostiene el también escritor quien comenzará una nueva peregrinación literaria todos los domingos de febrero.

Desde lo más alto
El ‘sunset’ limeño es un espectáculo sin costo para quienes viven o pasean cerca del mar, pero también para los distritos alejados de él. Desde las alturas, el verano abre la temporada de ‘avistamiento’ de atardeceres, y las lomas de la ciudad (aquellas que reverdecen en los meses de junio a octubre) ofrecen todo un circuito de flora, fauna y paisajes sorprendente.
Organizaciones ‘lomeras’ como las Lomas El Mirador, Lomas de Ancón, Lomas de Pamplona (en San Juan de Miraflores) y Lomas de Paraíso (en Villa María del Triunfo), organizan salidas para el público y así puedan disfrutar de la temporada de atardeceres y, al mismo tiempo, conocer de cerca este ecosistema limeño pocas veces apreciado, que sufre invasiones, y que no se apaga durante el verano, sino, cambia de paisajes y biodiversidad.
Christian Ipanque, miembro fundador del colectivo Lomas de Pamplona, es un incansable protector de lomas y considera que ofrecen una vista de Lima “verdaderamente increíble”. Desde el mirador Cruz del Sagrado Corazón, cuando se inicia el ocaso alrededor de las 6:30 de la tarde, la función comienza: “Es alucinante el alcance panorámico. Se ven las islas que están frente a la playa San Pedro, en Lurín, algunos las llaman las islas Cavillaca o Pachacámac. También se ve la isla San Lorenzo hasta la zona norte como Puente Piedra”.
Christian nos comenta que con sus recorridos hacia las Lomas de Pamplona, se dieron cuenta de que podían poner en valor las lomas en verano y quitar del imaginario que solo reciben visitas invernales. “Las lomas son un mirador natural”, acota. Antes de ir, se debe contactar con la organización para realizar la caminata. Esta puede demorar entre tres y cuatro horas, dependiendo de la experiencia de los visitantes. La idea es llegar a la cruz y esperar el atardecer durante una hora aproximadamente, pues la gente quiere tomar sus respectivas fotos y apreciar el momento desde lo alto de las lomas. El descenso comienza a partir de las 7 de la noche.
Con el mismo espíritu promotor del cuidado de las lomas, Andrea Ledesma, secretaria de Economía de la Asociación Circuito Ecoturístico Lomas del Paraíso sostiene que en la temporada seca, las lomas se convierten en un espacio para experimentar los mejores atardeceres de Lima, por ello de enero a mayo potencian las visitas guiadas hacia este mirador que ofrece la naturaleza.
Después de un recorrido por formaciones rocosas como la roca del oso, la calavera o la huella del perro; la observación de especies arbóreas y de fauna como lagartijas, lechuzas de arenales, vizcachas o el águila mora; y de incluso hallazgos arqueológicos, se cierra con broche de oro mirando el atardecer limeño: “Si está despejado el día, verás algunos puntos de interés en la ciudad como el Morro Solar de Chorrillos, el inmenso mar y las islas San Lorenzo del Callao, así como el río de luces que cubre la ciudad en la noche”, nos comenta Andrea sobre estos atractivos en Villa María del Triunfo.
El mejor espectáculo natural de Lima es gratuito, no se repite nunca más y solo se debe mirar al cielo. //
Además…
Encuentros con el ocaso
Si estás interesado en experimentar los mejores atardeceres desde las Lomas de Pamplona (IG: @lomas_de_pamplona), puedes contactar con Christian Ipanaque al WhatsApp 941 542 010.
El contacto con las Lomas de Paraíso (IG: @lomasdelparaiso) en Villa María del Triunfo es vía el WhatsApp 930 450 731. Para agendar una visita, escriba en el horario de lunes a sábado de 9 a.m. a 1 p.m. y de 3 p.m. a 7 p.m.
Del mismo modo, para ser parte de la próxima Peregrinación Literaria organizada por Paulo César Peña y quizá encontrarse con sorprendentes ‘sunsets’, puede solicitar información al correo proyecto.rio.hablador@gmail.com.
Apreciar el sunset sobre el mar es toda una experiencia que podrás vivir con Ambar Paddle. Inscríbete a través de su cuenta de Instagram: @ambar.paddle. Para reservar se debe indicar día, la hora, el número de personas y la actividad que deseas realizar.