El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró este lunes que la oposición “se autodesapareció del mapa político nacional”, afirmando que sus líderes han perdido presencia en las calles y contacto con las bases sociales. Las palabras fueron pronunciadas durante un acto del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Caracas, donde el mandatario también acusó a sectores opositores de mantener vínculos con “intereses extranjeros que buscan desestabilizar al país”.
Maduro aseguró que “la derecha no existe en las comunidades ni en los barrios, porque hace mucho tiempo abandonó al pueblo”, agregando que “solo se dedican a alimentar las amenazas de la bestia imperialista del norte”, en alusión a Estados Unidos. Estas declaraciones se producen en un contexto de alta tensión política, tras las recientes controversias electorales y las sanciones internacionales impuestas a altos funcionarios del gobierno venezolano.
El jefe de Estado reiteró que el proyecto bolivariano se mantiene “firme y victorioso” gracias al respaldo popular y al trabajo de las bases chavistas. Asimismo, advirtió que su gobierno “no permitirá más conspiraciones ni planes desestabilizadores”, asegurando que se protegerá la soberanía nacional frente a cualquier intento de injerencia.
Las palabras del mandatario generaron diversas reacciones dentro y fuera del país. Analistas políticos señalan que el discurso busca reforzar la imagen de fortaleza institucional del chavismo, en un momento en que la oposición enfrenta divisiones internas y carece de liderazgo unificado.
El politólogo venezolano Luis Salamanca comentó que “la estrategia de Maduro es insistir en que la oposición no representa una alternativa viable, lo que le permite consolidar el control del poder sin necesidad de confrontación electoral directa”. En cambio, voceros de la Plataforma Unitaria han respondido que la falta de participación en eventos oficiales obedece a “un cierre absoluto de los espacios democráticos” y a “una persecución política sistemática”.
En el ámbito internacional, varios observadores consideran que este discurso podría dificultar las gestiones diplomáticas con la Unión Europea y los países del Mercosur, que han insistido en la necesidad de diálogo político y garantías electorales de cara a los próximos comicios regionales de 2026.

