Mauricio Mulder ha sido congresista en cuatro periodos, es presidente de la Comision Política del APRA y, a diferencia de otros exparlamentarios, aspira a una curul en la Cámara de Diputados y no en el Senado de un Parlamento bicameral que no cree que vaya a ser mejor que el actual.
Integró fórmula presidencial con Jorge del Castillo con quien ha estado confrontado, ¿por qué?
Porque somos del mismo partido y, efectivamente, hemos tenido diferencias, pero los partidos son para que haya discusiones y estas a veces pueden ser acaloradas. Al final el resultado ha sido positivo, ha demostrado que el partido está encima de todo y no nuestros apetitos personales.
Ha surgido un nuevo rostro, el de Enrique Valderrama. ¿Tiene cercanía con él?
No lo conozco. He sabido de su nombre cuando me acusó de haber sacado a 11 mil miembros del partido, cosa que el Jurado Nacional de Elecciones dijo que no pasó, pero tuvo la audacia de mencionarme para tener un poco de, no sé, popularidad. Ha tenido una votación interesante para la Cámara de Diputados, yo también estoy yendo ahí, así es la política, seguimos para adelante.
¿Podrá él tener el liderazgo de Alan García? ¿Cree que llevará al APRA nuevamente al gobierno?
No puedo hacer una comparación porque yo a Alan sí lo he conocido desde joven y hemos trabajado mucho en hacer una campaña electoral y en la construcción de un partido; en cambio, a este compañero joven, yo no lo conozco; prefiero que ese tema caiga por su propio peso.
¿Cómo vio el apoyo del hijo de Alan García, Federico Danton, a la lista que encabezó Javier Velásquez e integró Carla García?
Entiendo que él tiene algo como 22 o 23 años.
Tiene 20…
No se puede decir nada. No tiene nada que ver con la política todavía, no puede entrar. Cuando le toque entrará, obviamente. No lo vi, pero bueno, me parece bien. Cada uno tiene derecho a mostrar sus preferencias, ¿no?
¿Cómo ve la contienda electoral? Otro partido histórico como el Apra, Acción Popular, no la está pasando bien.
A Acción Popular, y a nosotros y otros partidos nos ha pasado lo que se ha convertido en una fórmula de entrismo. Es decir, es fácil ser militante de un partido (…), vas al partido X y si tienes el dinero suficiente te conviertes en jefe de ese partido en dos patadas, y en el momento en el que ya eres dueño empiezas a hacer todo tipo de negociaciones, etcétera, para meterte al Estado.
¿Se han convertido en negocios los partidos?
Así es. La gran mayoría de esos partidos que son hechos solamente para cada proceso electoral, no tienen una historia; son maniobras que hacen gentes que tienen pocos escrúpulos y se meten a los partidos, sacan a los dirigentes porque tienen dinero, compran a la gente y se llevan el partido. Eso es lo que ha pasado con Acción Popular, es lo que han querido que pase con nosotros, y es una de las cosas a las que el JNE sí debería prestar atención y no estar diciendo: “Ah, no, usted no puede ser candidato si no ha firmado un papelito”; o sea, burocracia.
¿Los partidos se han convertido en un mercado de curules?
Así es, así es, y no ahora, ya en los procesos anteriores, y los partidos que tenemos ideología y vida interna estamos arrinconados (…). Si uno se pone a decir realmente cuántos partidos con vida permanente hay, somos dos o tres, nada más, el resto se disuelven el día que terminan las elecciones.
Hay otros, como Podemos, que no se disuelven, pero se usan para intereses personales, o como Alianza para el Progreso que se convierte en socio en la sombra del gobierno.
Se trata de gente que tiene mucho dinero y con el partido que crean, en el caso de (José) Luna, de (César) Acuña, es evidente que usan eso para tener más poder; no les interesa la ideología, el pensamiento, el desarrollo, solamente tener espacios de poder y con eso poner ministros y hasta presidente de la república porque el actual, ¿no es acaso también de esa vertiente?
¿Eso ha contribuido a que no tengamos liderazgos claros en la derecha y en la izquierda?
Exactamente, es el resultado de haber dejado a la deriva a los partidos y que sean los burócratas los que tomen las decisiones, (…) ahora resulta que el Estado te dice si puedes o no puedes, por eso es que nuestra democracia sigue siendo la democracia boba; va para acá, para allá, pero no cuaja.
¿Cómo llegamos a tener cuatro expresidentes tras las rejas?
Eso es porque no tienen trayectoria política y crearon partidos para que les sirvan para llegar al poder. No tienen responsabilidad de dar cuenta a sus bases. (…) (Los partidos) son negocios, por supuesto que son negocios; se dedican a eso, nada más.
El 85% de la población identifica al Congreso como la institución más corrupta. ¿Por qué quiere volver allí?
(Sonríe) (El Congreso) es una cloaca porque hemos dejado que esa cloaca sea la que represente a todo el país. ¿Y por qué? Porque se ha distorsionado lo que es un partido, el debate, los temas de fondo…
¿Cree que el próximo Congreso va a ser mejor o peor que el actual?
No veo ninguna razón por la cual pueda decir que va a ser mejor. A ver, ¿qué hay de nuevo? ¿Alguien que esté trayendo un proyecto o algo distinto? Yo no veo nada de eso, y creo que va a ser lo mismo. El Congreso no puede ser otra cosa que un gobierno peruano. ¿Y cómo somos los peruanos? Bueno, pues, votaron a favor de Castillo, otros por Vizcarra; si votan por ese tipo de persona, no se quejen, porque están votando por una persona conocida por ser choro y votan por él. Los peruanos no asumimos la responsabilidad de nuestros errores, y eso es lo que nos hace falta.

