La Policía Nacional del Perú decomisó 800 kilos de pirotécnicos ilegales en una serie de operativos desplegados en el distrito de La Victoria y zonas aledañas de Lima, en el marco del estado de emergencia y de la campaña de control por las fiestas navideñas y de Año Nuevo. El cargamento estaba destinado a abastecer puntos de venta informales en mercados de Lima Centro, pese a los reiterados llamados de las autoridades sobre los riesgos de estos productos.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, el operativo se concentró en áreas comerciales de alta afluencia, donde agentes de la PNP intervinieron puestos y almacenes que funcionaban como centros de acopio y distribución de pirotecnia sin autorización. En los locales inspeccionados se hallaron cajas con artefactos de alto poder explosivo y productos sin registro sanitario ni certificación de seguridad, listos para ser comercializados al por mayor y al detalle.
En el despliegue participaron 420 efectivos, incluidos policías, personal de Serenazgo y miembros de las Fuerzas Armadas, como parte de las acciones de control territorial que se han intensificado en Lima y Callao bajo el estado de emergencia. Las autoridades señalaron que estas intervenciones se repetirán en otros mercados y galerías donde se ha detectado históricamente venta clandestina de fuegos artificiales.
La PNP advirtió que la manipulación de pirotecnia ilegal representa un alto riesgo de incendios, quemaduras graves y lesiones oculares y auditivas, especialmente en niñas, niños y adolescentes. Muchos de los productos incautados, además de carecer de control sanitario, no cumplen estándares mínimos de fabricación ni etiquetado, lo que incrementa su peligrosidad al desconocerse su potencia real.
Todo el material decomisado fue trasladado a una unidad especializada para su registro, clasificación y posterior destrucción, siguiendo los protocolos de seguridad establecidos para material explosivo. El Ministerio del Interior reiteró el llamado a la ciudadanía para evitar la compra de pirotecnia en canales informales y denunciar los puntos de venta clandestinos, como parte de una estrategia de prevención de accidentes durante las fiestas.
