Lo que debía ser un ritual espiritual para “limpiar el aura y aliviar las dolencias físicas” terminó en una tragedia que ha conmocionado a todo Tambogrande, en la región Piura. Marcelina Panta Zapata, una mujer de 45 años, falleció luego de sufrir quemaduras de tercer grado en más del 90% de su cuerpo durante una sesión de baño de florecimiento. El supuesto curandero responsable, Sandy Chozo, está actualmente en calidad de no habido.
Cuando la medicina alternativa se vuelve peligrosa: tragedia en un baño de florecimiento
El hermano de la víctima, Víctor Panta, fue quien confirmó el hecho y narró que Marcelina acudió a este hombres tras padecer un intenso dolor en las piernas. Lejos de encontrar alivio, terminó luchando por su vida en UCI del hospital de Apoyo de Sullana, donde finalmente falleció.
Una promesa de alivio que acabó en emergencia
Según relató la familia, la señora acudió la tarde anterior a una vivienda donde se realizaban este tipo de rituales. “Solo quería calmar un dolor de piernas, nada más”, dijo su hermano visiblemente afectado. El baño de florecimiento habría incluido hierbas, líquidos ardientes y posiblemente fuego, una combinación que terminó provocando quemaduras de altísima gravedad.
Aunque este tipo de baños suelen ser rituales simbólicos, empleados para “limpiar energías” o atraer buena suerte, en este caso la práctica cruzó una línea peligrosa. Si bien todavía no hay una versión oficial sobre qué elementos se usaron ni cómo ocurrió exactamente el accidente, los hechos hablan por sí solos.
¿Baño espiritual o improvisación letal?
No es la primera vez que se reportan complicaciones en sesiones dirigidas por curanderos sin preparación médica ni protocolos de seguridad. El problema radica en que muchas veces estas ceremonias combinan sustancias inflamables, brasas, vapores y contacto directo con la piel, todo en entornos informales.
En este caso, lo que debía ser un alivio físico se convirtió en una tortura. Marcelina fue trasladada de emergencia, donde los médicos poco pudieron hacer por revertir el daño causado en su cuerpo.
El curandero desapareció sin explicaciones
La Policía Nacional y la Fiscalía lograron identificarlo y están investigando su paradero. Los deudos de la víctima exigen justicia, mientras los vecinos de Tambogrande se muestran divididos: algunos respaldan las prácticas espirituales tradicionales, otros piden mayor control.