El reciente asesinato de Pablo Francia Vilcapoma (58), gerente general de la empresa de transporte La Nueva Estrella, cuyas unidades son conocidas como ‘Anconeros’, ha puesto en evidencia que los ataques no solo son contra los choferes y cobradores, sino también hacia los representantes de dichas líneas de transporte público.
Francia Vilcapoma murió la tarde del último lunes, 26 de mayo, tras recibir varios balazos por parte de un sicario que ingresó a un car wash ubicado en la avenida Luis José de Orbegoso, en San Luis. El sujeto le disparó en la cabeza y luego lo remató cuando cayó al suelo. La víctima se encontraba en el local a la espera de que terminaran de realizar la limpieza de su vehículo.
Cerca de 20 choferes asesinados en lo que va del 2025
Cerca de 20 trabajadores del sector transporte, entre choferes, cobradores y dirigentes, han sido asesinados por sicarios en lo que va del 2025, indicó una fuente policial a El Comercio. Incluso, remarcó que esa cifra podría aumentar porque algunos crímenes no son reportados debido a que los ataques ocurren cuando los conductores se encuentran fuera de horario laboral o se perpetran en zonas alejadas de Lima.
En el 2024 también se habría registrado una cantidad similar de crímenes de transportistas, pero indicó que los ataques se intensificaron en el segundo semestre de ese año.
Además, enfatizó que entre las empresas de transporte público que han sufrido la mayor cantidad de ataques están El Rápido, Etuchisa (Los Chinos), La Nueva Estrella, Aquarius, Los Mandarinos, Uvita, así como combis ‘piratas’ que operan en la periferia de Lima.

La misma fuente indicó que los ataques son, en su mayoría, contra las unidades de transporte de Lima norte, donde opera Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’, cabecilla de la banda ‘Los Injertos de Cono Norte’.
Precisamente, las empresas de transporte público de Lima norte se vieron azotadas, en el 2024, por el ataque de las bandas que encabezaban el ‘Monstruo’ y Adam Smith Lucano Cotrina, alias ‘Jorobado’, quienes se disputaban el control de las extorsiones en Comas, Carabayllo y Puente Piedra, y atentaban contras las unidades para hacer sentir su peso y los dueños paguen el cupo.
Además, explicó que el sector informal del transporte, como los taxi colectivo y los ‘jaladores’, también han sido víctimas de ataques. A los ‘colectiveros’ les exigían el pago por cada salida que realizan del paradero informal, mientras que a las personas que realizan el llenado de pasajeros de las unidades los conminan a un pago por usar una zona que ya está “lotizada”.
Las hipótesis del crimen
El asesinato de Pablo Francia fue perpetrado de la manera usual en que se cometen los actos de sicariato, pues el criminal esperó que la víctima esté en un lugar abierto y despreocupado para atacarlo. El sicario huyó en una moto junto a su cómplice.
Por ello, la Policía sospecha que se trate de un ajuste de cuenta vinculado a un caso de extorsión. La hipótesis del robo fue descartada de plano debido a que el asesino no le robó sus pertenencias ni dinero a Francia Vilcapoma.
Otro dato que abona en la posibilidad de que se trate de un crimen por encargo es que las unidades de la empresa de transporte La Nueva Estrella, de la cual Pablo Francia es representante, han sido blanco de atentados por parte de extorsionadores.
Los ataques contra ‘Los Anconeros’
Las unidades de la empresa de transporte La Nueva Estrella son conocidos como ‘Los Anconeros’ debido a que su punto de partida está ubicado en el distrito de Ancón, al norte de Lima, cerca del balneario, y recorren gran parte de la Panamericana Norte. Otro grupo de vehículo parten desde la zona de Pachacútec, en Ventanilla.

En su mayoría son coaster que tienen su punto de llegada la plaza Bolognesi, donde han establecido un paradero informal. Algunas unidades también llegan hasta las inmediaciones del Hospital Edgardo Rebagliati, a fin de recoger a los pasajeros que salen de los ministerios de Trabajo y Promoción del Empleo y de Salud, en la avenida Salaverry, en Jesús María.
Un informe de El Comercio publicado en enero del 2022 reveló que la empresa La Nueva Estrella encabezaba la lista de los mayores evasores de papeletas de Lima, con una deuda de casi S/8 millones, de acuerdo con el SAT, y contaba, además, con una flota ‘pirata’.
Al parecer, la situación de informalidad de la empresa fue aprovechado por los extorsionadores para exigirle el pago de cupos. Los delincuentes, que se denominan remanentes de la organización criminal ‘D.E.S.A’., amenazaron a los conductores y cobradores a través de mensajes de texto y de WhatsApp para que abonen 100 soles de ‘matrícula’ y 15 soles de cupo diario.

Las extorsiones y los atentados contra las unidades de La Nueva Estrella se intensificaron en el 2024. Incluso, el chofer Yair Robinson Miller Chiquima (30) fue asesinado a balazos por sujetos en moto, el 22 de septiembre del 2024, cuando se desplazaba por la avenida Angélica Gamarra, a la altura del kilómetro 15 de la Panamericana Norte, en Los Olivos. Por ese motivo, los conductores de dicha línea de transporte público realizaron una paralización el 23 y 24 de septiembre de ese año para protestar por los ataques contra ellos.
Las extorsiones se han vuelto más violentas
Juan Carlos Sotil, especialista en temas de seguridad, explicó a El Comercio que las extorsiones a las empresas de transporte se iniciaron en el norte del Perú, específicamente en Trujillo, donde las bandas delincuenciales colocaban calcomanías a las unidades para que las otras organizaciones sepan quién les cobraba el cupo y les brindaba el ‘chalequeo’.
Remarcó que las amenazas de las extorsiones, en los últimos años, se han materializado, ya que, según recordó, antes los delincuentes solo colocaban arreglos florales para difuntos en las puertas de las casas de sus víctimas, les dejaban balas envueltas en sobres o enviaban amenazas con mensajes elaborados con letras recortadas de periódicos o revistas. Los criminales realizaban, como último recurso, disparos contra las fachadas de las viviendas para infundir temor.

Sin embargo, detalló que las extorsiones se han vuelto más violentas, ya que actualmente los ataques son contra la propia víctima para enviar un mensaje a los que traten de resistirse al pago del cupo.
Sotil explicó que las empresas de transporte público son blanco de las extorsiones porque obtienen grandes sumas de dinero en el día y las amenazas se pueden realizar de forma anónima a través de mensaje de texto o de WhatsApp.