Figura emblemática de la tauromaquia peruana, nacido en Chiclayo, Paco Céspedes se convirtió en uno de los toreros más destacados de su generación.
Debutó en Lima en 1947 y tomó la alternativa en 1951 en La Paz, Bolivia, de la mano de Raúl Acha “Rovira”. Su carrera se extendió por más de cuatro décadas, hasta su retiro en la plaza de Acho en 1987.
Su estilo se distinguió por la elegancia, el temple y un profundo respeto al toro, cualidades que lo hicieron conectar siempre con el público. Céspedes fue reconocido como triunfador en diversas ferias, convirtiéndose en un verdadero pilar de la tauromaquia en el Perú.
Más allá de los ruedos, dejó huella como formador de nuevas generaciones a través de su escuela taurina en Chiclayo y como fundador de una dinastía que continuó con su hijo, también matador.
Su nombre permanece como símbolo de pasión, entrega y arte en la historia taurina del Perú.











