El campo de la medicina transfusional avanza hacia una era de innovación y seguridad sin precedentes gracias a los últimos logros en biología celular y genética. Científicos del Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS de la Universidad de Kioto han logrado fabricar megacariocitos —células responsables de generar plaquetas— a partir de células madre pluripotentes inducidas (iPSC), en lo que representa un paso crucial para la obtención de “plaquetas infinitas”.
En las transfusiones tradicionales, las plaquetas, indispensables para la coagulación sanguínea, presentan limitaciones críticas: requieren donantes frecuentes, su vida útil es corta y pueden provocar reacciones inmunológicas en el receptor. La tecnología desarrollada en Japón permite producir en laboratorio plaquetas compatibles y personalizadas, al emplear células madre del propio paciente como base para los cultivos celulares.
El avance se cimenta en el descubrimiento del papel de la proteína KAT7. Esta actúa como un “interruptor molecular”, permitiendo la producción sostenida y eficiente de megacariocitos capaces de entregar plaquetas funcionales. La identificación de este mecanismo regulador ha sido esencial para superar el envejecimiento y desgaste celular observados en cultivos tradicionales, brindando una alternativa versátil frente a la demanda hospitalaria.
Los resultados del grupo liderado por el doctor Koji Eto, publicados en ‘Stem Cell Reports’, permiten vislumbrar un futuro de transfusiones personalizadas y seguras, donde cada paciente podrá recibir plaquetas fabricadas a medida y bajo estricto control sanitario. Si bien persisten desafíos, como la variabilidad en la eficacia según el paciente y la optimización del proceso para aplicación clínica masiva, la ingeniería de células madre para fines transfusionales ya se proyecta como una solución a la escasez mundial de donaciones y a los riesgos de incompatibilidad inmunológica.
Este hito tecnológico transforma la perspectiva de las terapias transfusionales en personas con enfermedades hematológicas, pacientes oncológicos, recién nacidos y personas en situaciones de emergencia, aportando una esperanza renovada a la medicina personalizada y a la revolución clínica impulsada por la biotecnología.
