El gobierno de Nicolás Maduro reportó la destrucción de dos aeronaves no identificadas en Apure, atribuyendo el hecho a operaciones vinculadas al narcotráfico y a maniobras militares de Estados Unidos en el Caribe.
El presidente Nicolás Maduro informó este 4 de noviembre que dos avionetas presuntamente relacionadas con el narcotráfico ingresaron ilegalmente al espacio aéreo venezolano y fueron derribadas por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el estado Apure. El mandatario aseguró que las incursiones se produjeron en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe, lo que calificó como una provocación a la soberanía nacional.
Durante la emisión de su programa televisivo Con Maduro+, el jefe de Estado explicó que las aeronaves detectadas mantenían sus transpondedores apagados y no respondieron a las señales de identificación de los radares venezolanos. “La FANB actuó con precisión y determinación, neutralizando dos avionetas utilizadas por el narcotráfico internacional”, declaró Maduro.
El presidente vinculó el incidente con la presencia de buques y aviones norteamericanos en el Caribe, dentro del marco de las operaciones antinarcóticos de Estados Unidos. “Es una clara provocación y una violación al derecho internacional”, señaló, al tiempo que ordenó reforzar la vigilancia aérea en las zonas fronterizas con Colombia y Brasil.
Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron que los restos de las aeronaves fueron localizados en zonas rurales del municipio Pedro Camejo, en Apure, donde se desplegaron unidades militares y equipos del Comando Estratégico Operacional. Hasta el cierre de esta edición, no se reportaron detenidos ni víctimas fatales.
El hecho ocurre en un contexto de creciente fricción diplomática entre Caracas y Washington. Analistas consultados por El Portavoz advirtieron que el gobierno venezolano podría utilizar este episodio como argumento para fortalecer su discurso de defensa nacional y de rechazo a la injerencia extranjera.
Por su parte, voceros estadounidenses han reiterado que sus operaciones antinarcóticos no implican violaciones a la soberanía venezolana y que su objetivo se centra en desarticular rutas del tráfico ilícito que operan en el Caribe y América del Sur.
El incidente reaviva la discusión sobre la seguridad fronteriza y la cooperación internacional en materia de narcotráfico, en un momento en que Venezuela busca reactivar sus relaciones políticas y comerciales con diversos países de la región.


