La clave científica para no llorar al cortar cebolla no está en meterla al congelador ni en usar trucos caseros extraños, sino en afilar bien el cuchillo y cortar despacio. Al hacerlo, se reduce la presión interna sobre el bulbo y se libera mucha menos “niebla” de sustancias irritantes que llegan a los ojos.
Por qué la cebolla hace llorar
• Al cortar la cebolla se rompe el tejido y se libera 1 propenil L cisteína sulfóxido, que reacciona con enzimas y forma sulfóxido de tiopropanal, el llamado “factor lacrimógeno”.
• Este compuesto sale en microgotas a gran velocidad, forma una nube invisible y, al contactar con la humedad del ojo, genera una pequeña cantidad de ácido que irrita y activa las lágrimas.
Lo que descubrió el nuevo estudio
• Investigadores de la Universidad de Cornell grabaron el corte de cebollas con cámaras de alta velocidad y vieron que la niebla de gotas puede salir mucho más rápido que el propio cuchillo.
• Cuando el cuchillo está poco afilado hay que ejercer más fuerza, aumenta la presión interna y la cebolla “explota” más, lanzando más aerosol irritante hacia el rostro.
El truco definitivo: cómo cortar
• Usar un cuchillo muy afilado y deslizarlo con calma, sin presionar en exceso, disminuye la cantidad y la velocidad de las gotas irritantes.
• El estudio sugiere que incluso una fina capa de aceite alrededor de la cebolla podría ayudar a atrapar parte del aerosol, aunque el factor decisivo sigue siendo el tipo de corte.
Lo que no funciona (o casi)
• Enfriar la cebolla, un truco muy popular, apenas cambia la liberación de estos compuestos y, en algunos ensayos, incluso empeoró la situación.
• Otros remedios caseros (cortar bajo el agua, encender una vela, usar gafas improvisadas) pueden dar alivio parcial, pero no son tan consistentes como controlar afilado y velocidad del corte.
